Un sucesor para Warren Buffett
Warren Buffett admitió durante el fin de semana que los posibles candidatos para sucederle como máxima autoridad inversora en Berkshire Hathaway no lo hicieron demasiado bien en 2008. El Oráculo de Omaha les trató con indulgencia al decir que él tampoco había destacado. Pero su habilidad puede no ser la única clave para el futuro de Berkshire. Los jefes de seguros de la compañía podrían ser al menos igual de importantes.
Hay dos grandes razones. Primero, los negocios operativos de Berkshire, opuestos a los holdings de inversión, explican un cada vez más significativo pedazo de la compañía -y el seguro es uno de los más grandes-. Y segundo, el negocio asegurador proporciona un enorme fondo de dinero extra para que Buffett invierta -y así ampliar los retornos-.
Buffett llama a esto el fondo fijo. En 2008, el fondo fijo asegurador de Berkshire aportó 56.500 millones de dólares. Esto es más de la mitad del valor a final de año de la cartera de inversiones de la compañía o, lo que es lo mismo, más de la mitad del capital de los accionistas. Tal y como el jefe de Berkshire suele decir, a menudo este dinero viene a un coste negativo, -5% en 2008, porque el negocio asegurador consigue beneficio financiándolo.
El año pasado fue relativamente malo, pero Buffett suele señalar que sus gestores de seguros son muy exitosos generando beneficios asegurando durante el ciclo. Con su doble impacto en Berkshire, los altos jefes de seguros -Tony Nicely, de Geico; Tad Montross, de General Re, y Ajit Jain, que dirige el negocio reasegurador de Berkshire- son críticos con su futuro. Por suerte para los accionistas, todos tienen una o dos docenas de años menos que Buffett, de 78.
Otras grandes unidades operativas también son importantes, incluido el negocio de electricidad Mid-American que dirigen David Sokol y Greg Abel. Y por supuesto lo será el equipo de inversión pos-Buffett. Pero con Buffett planeando separar el alto ejecutivo y los empleos de inversión que actualmente cubre él, ambos roles parece seguro que estarán más limitados en el futuro.
Esto mejora las cuestiones separadas si la estructura híbrida inversora-operativa de Berkshire -que Buffett y su socio inversor durante mucho tiempo Charlie Munger (que tiene 85 años) habían creado hace 40 años- puede seguir siendo tan exitoso sin ellos. Mientras tanto, la cuestión de la sucesión en la cima del negocio asegurador, aunque quizá no es urgente, podría resultar tan importante para los accionistas como que se remplace al hombre en sí mismo.
Richard Beales