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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

España debe ayudar a la venta de coches

Las ventas de coches se han animado en aquellos países o regiones -como Navarra- donde se subvenciona al comprador con ayudas directas. Once Gobiernos de la UE las han aprobado ya, con aportaciones entre 1.000 y 2.500 euros. En Alemania las ventas se han disparado en abril un 19% y en Francia se ha reducido el ritmo de caída de meses anteriores. Italia es un caso aparte, pues continúan las descensos, aunque sean del 7% cuando en España son del 45%. Además, la escasa eficacia del plan italiano se explica porque la subvención (entre 1.500 y 5.000 euros) ha sido contrarrestada con una subida del IVA para costear las ayudas directas.

A pesar de los altibajos, parece indudable que las ayudas animan al comprador. Pero también es cierto que la situación económica en Alemania o Francia difiere de la española, azotada por el desempleo y con perspectivas de recuperación más alejadas. Cabría aceptar que el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero tuviese dudas sobre la efectividad de ayudas directas a la compra en estos momentos. No obstante, el éxito de las aplicadas por el Gobierno navarro (entre 1.200 y 2.200 euros por vehículo) son determinantes para como poco plantearse las bondades de la medida. En abril, las ventas en la región han crecido un 28%, cuando en los tres meses anteriores las caídas eran superiores al 20%.

Las ayudas aprobadas en toda España se centran sólo en el plan Vive, que abona parte de los intereses del crédito para adquirir un vehículo. Frente a la buena acogida de los impulsos a la compra de otros países, tan sólo dos de cada diez coches vendidos en España se han beneficiado de las ayudas públicas. El Vive es más complejo de tramitar y además tiene el hándicap de que muchas entidades financieras han recortado los créditos al consumo. Y sin préstamos no hay ayuda. Además, la situación económica general no anima a endeudarse.

El automóvil es estratégico en España, como octava productora mundial. La actividad de las fábricas nacionales ha aumentado, salvaguardando empleo, gracias al tirón de las ventas en otros países europeos y muchos Gobiernos critican que España se beneficie sin contribuir. La patronal Anfac calcula que con una subvención de 1.500 euros se venderían 162.000 coches añadidos, y lo que es más interesante, que este aumento de las ventas aportaría ingresos añadidos al erario público de 230 millones de euros. El aumento de recaudación beneficiaría tanto a la Administración central como a las autonómicas, por lo que el coste de las ayudas puede ser igualmente compartido.

Todo está a favor de las ayudas directas a la compra de coches: generaría empleo, aumentaría la recaudación tributaria y daría una sensación de optimismo muy necesaria para salir de la crisis. Eso sí, debe plantearse como medida coyuntural, que haga revivir a un mercado hundido e incentive la compra, pero no para perpetuarse.

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