Huellas en Bruselas IV: Buffalo Bill
Un siglo antes que Barack Obama, otro estadounidense también paseaba su irresistible popularidad por el continente europeo. Y, cómo no, de vez en cuando, hacía escala en Bruselas.
"Buffalo Bill estuvo al menos dos veces en Bruselas", me explica François Chladiuk, propietario de una incomparable colección de objetos relacionados con el lejano oeste. Entre los tesoros de este coleccionista belga, él destaca dos sillas de montar que, asegura, formaban parte del voluminoso utillaje del espectáculo Wild West con el que el legendario cazador estadounidense recorrió Europa durante varios años.
La compañía de Bill era una proeza de logística para aquella época. En sus momentos de mayor esplendor contaba con una plantilla de más de 500 personas que se desplazaban por todo EE UU en un par de trenes.
Sus dos giras europeas (en 1889 y 1903) duraron cuatro años (en 1887 también estuvo en el Reino Unido). Y si a este lado del Atlántico causaba admiración la reproducción en escena de la conquista del Oeste, a su regreso en EE UU la comidilla en la prensa local era que los indios de la troupe regresaban hablando varias lenguas del Viejo Continente.
Chladiuk, que regenta una tienda de ropa y calzado del Oeste en el centro de Bruselas, rastrea desde hace años las visitas del cazador a la capital belga. Y ha conseguido incluso identificar la dirección de uno de los lugares donde residió Willian Frederick Cody (1846-1917). "En el número 67 de la rue Veydt, en el barrio de Ixelles", me muestra orgulloso Chladiuk una carta fechada a principios del siglo XX en la que un pariente de la propietaria de la pensión donde se alojó Bill recuerda la estancia del cazador. La carta detalla también la localización de una las granjas belgas donde resposaron los elefantes del espectáculo circenses. Y menciona la difícil convivencia entre los paquidermos y las vacas del lugar.
Fotos: Buffalo Bill (ilustración del Buffalo Bill Historical Centre) y François Chladiuk (B. dM., abril 2009)
La UE del revés se hace eco de las pisadas más sorprendentes o inesperadas que resonaron o resuenan por las calles de Bruselas. Huellas anteriores: Julio Cortázar, Agnés Varda, Karl Marx.