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Secretos de despacho

Tradición en Losada Vinos de Finca

Prado Luengo innova en El Bierzo, tras heredar la pasión vinícola de su familia.

La bodega es de reciente creación aunque ya existía un pasado vinícola en la familia de Guillermo Prado Luengo, madrileño de 38 años y licenciado en Administración de Empresas, en Valdeorras (Orense). La nueva aventura, Losada Vinos de Finca, se enmarca en tierra berciana, denominada como Nuevo Bierzo, sobre fincas de viñedo ubicadas en zonas arcillosas que antaño habían sido infravaloradas y que recuerdan a los viñedos de Pomerol, un área de las mismas características pero situada en Burdeos.

Los comienzos son duros. "Ahora estamos en plena expansión comercial en 12 países y eso nos lleva mucho trabajo porque llevamos muy poco tiempo comercializando nuestro vino. Los resultados no pueden ser más optimistas", afirma este ejecutivo que compagina su labor al frente de esta bodega con la familiar de vinos blancos en Galicia, Valdesil. "Llevaba tiempo reflexionando sobre la posibilidad de hacer un vino elegante en El Bierzo dada mi experiencia en el sector. Lo primero que hizo fue aliarse con un berciano de origen, Amancio Fernández, uno de los enólogos de mayor reputación en España. "Y nos propusimos recuperar unos viñedos de los que se esperaba muy poco, pero de los que estábamos seguros que saldría un gran producto que destacaría por su elegancia". Una de las tareas más difíciles, la distribución, la tenían subsanada gracias a su experiencia bodeguera. "Lo importante es haber innovado en un sector en el que últimamente sólo se innovaba gastando dinero haciendo bodegas magníficas. Es una gran satisfacción poder hacer las cosas de manera distinta y comprobar que contribuyes a desarrollar un buen negocio", afirma. A pesar de llevar poco tiempo en circulación, Prado Luengo asegura que sus vinos, sobre todo Altos de Losada, ya se consumen en algunos de los mejores restaurantes del mundo, como Per Se (Nueva York), Tru (Chicago) o los españoles El Bulli y el Celler de Can Roca. "No es difícil posicionarse en este tipo de establecimientos porque van buscando sorprender al cliente con algo diferente y sobre todo valoran lo que es auténtico, el producto que es diferente y no engaña a nadie". Porque si de algo está orgulloso es del lugar donde está plantado el viñedo, "no el modo en que se hace el vino que suele ser similar, unos 12 meses en barrica y otro año en botella, como si lo único importante fuera el tiempo de cocción de una merluza y no de dónde procede".

Losada Pagos de Finca lanzó en 2005 una partida de 3.500 botellas, en estos momentos tiene en circulación unas cien mil. "Estamos compitiendo con los grandes imperios del vino, pero los críticos nos han dado un gran empujón con sus valoraciones, aunque somos conscientes de que se produce mucho más de lo que el mercado puede absorber", asegura.

"Una bodega, aunque sea una pasión, hay que gestionarla como si fuera una empresa, buscando la rentabilidad"

De todo ello habla en el despacho de abogados que tiene su padre en Madrid. Se trata de un espacio vivido, con trayectoria, con esencia, con recuerdos, a pesar de que Guillermo Prado Luengo le gusta hablar del presente y sobre todo del futuro. Echa la mirada atrás para recordar los comienzos: cuando el enólogo, los accionistas, de los que prefiere no desvelar su nombre, el director financiero y él mismo se sentaron a dibujar en un papel en blanco el proyecto de empresa. "Lo bueno es que todos teníamos algo en común y es nuestra pasión por el vino, pero sabíamos que la bodega teníamos que gestionarla como si fuera una empresa, buscando la rentabilidad. Esto no es un capricho".

Trabaja una media de nueve horas al día "y procuro no excederme de ese horario para compensar los viajes internacionales y las ferias a las que hay que acudir". Por deformación profesional, su tiempo de ocio también lo dedica a visitar bodegas y viñedos. Las vacaciones de Semana Santa las pasó en la Toscana (Italia), realizando un recorrido vinícola. "Es mi gran pasión, lo llevo en la sangre y queremos convertirnos en vinos de referencia en la zona de El Bierzo, pero para innovar hay que viajar, ver lo que hacen otros y tener una gran cura de humildad". Eso sí, lo que más le gusta es pisar la viña.

Los 'e-mails', nunca de mañana

Nunca consultes los e-mail por la mañana. Apenas tiene objetos personales en su lugar de trabajo. De paso por Madrid se deja fotografiar en el despacho de abogados que regenta su padre y que Guillermo Prado Luengo ocupa cuando está en la capital. Pero si algo le acompaña allá dónde va es un libro Never check e-mail in the morning, (Nunca consultes el e-mail por la mañana) de Julie Morgenstern, de donde ha extraído una serie de consejos que suele seguir a rajatabla. "Por ejemplo, a no estar pendiente del correo electrónico a todas horas, es necesario ser metódico en la manera de afrontar el trabajo diario". Acostumbra cuando tiene una reunión planificarla al detalle, mantener en silencio el teléfono móvil y no mirar el correo electrónico. "Recomiendo esta lectura porque es de gran ayuda para que los ejecutivos sobrepasados de tiempo puedan organizarse apropiadamente". Entre sus libros de cabecera se encuentran algunos que ha rescatado de su época universitaria, como Ensayo sobre la naturaleza y las causas de la riqueza de las naciones del filósofo y economista escocés Adam Smith, o las teorías del economista Ramón Tamames. Entre sus aficiones se encuentra la lectura, el arte y la música clásica. Y si por algo se caracteriza, según cuenta, es por el orden. "Soy puntilloso, trato de mejorar todo y de ser metódico y minucioso".

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