Buen momento para la flexibilidad laboral
Expertos en recursos humanos proponen a las empresas que apuesten por el salario emocional en época de crisis.
La flexibilidad forma parte ya del salario del siglo XXI y supone para el trabajador un intangible que suma a su retribución (salario emocional) sin suponer aumento de coste para la empresa. Son palabras de la directora de recursos humanos del Museo Thyssen Bornemisza, Sara Neira, quien cree que la crisis no debería afectar a la puesta en marcha de los planes de flexibilidad en las empresas, que incluyen horario flexible, medidas de conciliación, beneficios sociales, formación o actividades relacionadas con la salud y el ocio. "Son medidas positivas, ya que ayudan a las empresas a obtener una ventaja que se traduce en una mayor productividad, lo que se reconoce como uno de los factores para salir de la crisis", afirma esta ejecutiva, que participó esta semana en la IV Jornada Nacional sobre Flexibilidad, organizada por la consultora CVA y el ministerio de Sanidad y Política Social.
De la misma opinión es Josep Ginesta, director de recursos de la Universidad Oberta de Cataluña, "cuando no tienes dinero está la inteligencia, hay que invertir en otras cosas, como en planes de flexibilidad y en medidas que acaben incrementando el salario de los trabajadores". Se trata de buscar medidas eficientes para poder competir sobre todo cuando no se puede competir con el salario. Según Ginesta, hay iniciativas que no se pueden justificar cuando tienes un expediente de regulación de empleo en marcha. "Por ello, hay que echarle imaginación y proponer, por ejemplo, bolsas de horas, horarios más flexibles. Lo más importante cuando no puedes incrementar los costes de la empresa es hacer que el empleado se sienta dueño de su tiempo, es lo que se llama salario emocional". La flexibilidad, prosigue Neira, "hace que el empleado se sienta dueño de su tiempo y lo administre de la mejor manera, de esta forma disminuye por no decir, desaparece, el absentismo presencial y con ello aumenta la productividad".
En el sector de la automoción, uno de los más azotados por la crisis, hay programas de flexibilidad laboral en marcha. La directora de recursos humanos de Mazda Automóviles en España, Margarita Nombela, asegura que, a pesar de la crisis, han decidido seguir adelante con las medidas que tenían en marcha desde 2004 concernientes a la conciliación y a la actividad laboral dentro de un entorno flexible. "Los empleados demandan tiempo libre y de ocio y debido a la fuerte competencia empresarial era difícil retener el talento y necesitábamos tener a la plantilla motivada y comprometida". La crisis, asegura esta ejecutiva, ha cambiado estos valores "y hemos vuelto a necesidades más básicas, porque ahora de lo que se trata es de conservar o de conseguir un puesto de trabajo". Las empresas en estos momentos están desarrollando políticas de contención de gastos, a través de la congelación salarial y de la reducción de plantilla. "A pesar de ello, continúa siendo rentable fomentar las políticas de flexibilidad y de equilibrio entre la vida laboral y personal, y es necesario gestionar ese área dentro de las empresas", señala Nombela. Es la hora de ser leales y de buscar mil y una alternativas y soluciones que favorezcan a nuestros empleados, señala Eduardo Pérez-Cejuela, director de recursos humanos de Sabic Innovative Plastics. "La situación no es fácil pero es un mal negocio deshacer el camino andado en temas de conciliación y flexibilidad laboral". En opinión de Uxío Malvido, director de diversidad y entorno de trabajo en Merck Sharp & Dohme, "hay que redefinir cómo trabajamos y la flexibilidad es una herramienta de negociación".
Los empleados quieren ser dueños de su tiempo