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A fondo

Punto y seguido en la gestión de BME

La junta de accionistas propondrá la reelección de Zoido como presidente.

Nadie escapa a la crisis financiera, pero el impacto o las consecuencias no se miden por igual. La tasa de desempleo se ha disparado, muchas compañías han quebrado y otras intentan mantenerse a flote con un riguroso plan de recorte de costes. También las hay que sobreviven al margen de la realidad. La Bolsa, vista como empresa, es un claro ejemplo, porque apenas se vislumbran cambios.

Mañana, Bolsas y Mercados Españoles (BME) celebrará junta general de accionistas, y el orden del día no depara ninguna sorpresa: se aprobarán las cuentas a 31 de diciembre de 2008 y se reelegirá a los miembros del consejo de administración. De esta forma, el cargo de Antonio Zoido como presidente del holding quedará renovado por cuatro años más, tal y como establecen los estatutos sociales. Su retribución quedará sometida también a votación.

En esta jornada también se presentarán los resultados correspondientes al primer trimestre del año. Las estimaciones del consenso apuntan a un beneficio después de impuestos de 35 millones de euros, lo que representa un descenso del 36,7% con respecto al mismo periodo del año anterior. La caída de los volúmenes de negociación ha estado dañando la partida de ingresos en los últimos dos años; sólo en el primer trimestre el negocio ha bajado el 51,8%.

En este resultado poco han tenido que ver las plataformas alternativas, Chi-X y Turquoise, cuyo desembarco en la Bolsa española se remontan a hace un par de meses. La crisis está frenando el desarrollo de dichas plataformas, pero los analistas siguen viéndolas como una amenaza latente para las plazas tradicionales.

BME ha puesto en práctica algunas iniciativas con el objetivo de que el negocio remonte. A partir del día 30 su sistema operativo estará preparado para que ciertos valores puedan ser contratados hasta con cuatro decimales, frente a los dos actuales. Pero esta fórmula no será aplicable de forma generalizada, sino que será la propia Sociedad de Bolsas quien elegirá los valores, que en cualquier caso no será un número amplio. Todo apunta a que se tratará de los blue chips, que son los que copan los mayores niveles de contratación, aparte de que son los más líquidos. Muchos analistas consideran que este método complicará la operativa, que sin embargo ya ofrecen los principales mercados europeos.

Y mientras tanto, el sector se mueve en otro sentido. Los rumores sobre fusiones han vuelto a escena. En este momento las especulaciones se centran en la Deutsche Börse y en Nyse-Euronext, tal y como recogía hace unos días la web alemana Manager-Magazin. Deutsche Börse lo ha desmentido, pero el mercado no descarta nada. Ibersecurities comentaba al respecto que 'la operación tendría sentido estratégico y sería positiva, aunque por tamaño necesitaría tiempo para poder ejecutarla'. Con ello se daría lugar 'a una Bolsa paneuropea y trasatlántica, la cuál restaría atractivo a las plataformas alternativas', comenta Jesús Domínguez, de la firma.

Hace casi tres años, BME reconoció, coincidiendo con la salida a Bolsa, contactos con el mercado alemán con vistas a realizar una hipotética operación entre ambas, que no ha llegado a materializarse. Pero el mercado tiene claro que la Bolsa española no puede quedarse fuera de órbita en el proceso de consolidación o de transformación que vive el sector. Antonio Zoido siempre ha mantenido una postura muy discreta.

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