El desafío de renovar y reforzar el balance
La banca sigue necesitando depósitos para financiarse.
'Nos jugamos el negocio cada día en la red'. Así de contundente se muestra un ejecutivo bancario al hablar sobre el desafío comercial que supone el vencimiento de los depósitos de ahorro que se va a producir a lo largo de este año. No en vano, la banca tiene que esforzarse por retener el ahorro de sus clientes y por obtener margen de negocio de todos esos recursos. En su contra juegan los bajos tipos de interés y la intensa aversión al riesgo, que aleja a los clientes del tipo de productos que por su mayor sofisticación pueden generar mayores ingresos por comisiones.
En Bancaja, el volumen de depósitos que vence desde el mes de abril hasta finales de este año asciende a 12.727 millones de euros. Y en Sabadell calculan que los vencimientos de depósitos que se producirán hasta fin de año se eleva a 15.000 millones de euros. Desde Barclays, puntualizan que el vencimiento de depósitos a plazo equivale como mucho al 5% del balance a lo largo del año.
El perfil extremadamente conservador del titular de un depósito, y su relativamente reducido nivel de exigencia frente a un inversor en renta variable, le lleva en muchas ocasiones a renovar su depósito de forma automática, aunque la remuneración sea sensiblemente inferior. Desde Caixa Catalunya apuntan que 'los ahorradores con perfil conservador, en general, centran sus expectativas en el hecho de preservar sus ahorros obteniendo una rentabilidad que les permita mantener el poder adquisitivo de ese dinero', una aspiración poco ambiciosa y menos aún a la vista del último dato de IPC, que arrojó una caída del 0,1% en los últimos 12 meses, el primer descenso interanual de su historia.
La crisis de liquidez que impulsó la comercialización de depósitos en el otoño del pasado año ha perdido intensidad. El euríbor a un año se ha derrumbado desde el 5,526% del máximo histórico de principios de octubre del pasado año a los actuales niveles de 1,7%, mínimos que no tienen precedentes. Aun así, numerosas entidades financieras siguen necesitadas de la liquidez y de los recursos que les garantizan los ahorros de sus clientes. Y los resultados del primer trimestre están poniendo de relieve la importancia que sigue teniendo la captación de depósitos para las entidades financieras españolas.
En Caja Madrid, las imposiciones a plazo han aumentado al cierre del primer trimestre el 28,3% interanual. La caja madrileña, una de las más activas en la comercialización de imposiciones a plazo, captó durante el pasado año depósitos por más de 16.500 millones de euros, lo que supuso un aumento anual del 45% y una mejora en la cuota de mercado de 39 puntos básicos, hasta el 5,6%. Ha lanzado en marzo una nueva línea de depósitos, con rentabilidad vinculada al euríbor, con la que espera alcanzar una captación de 1.000 millones de euros.
La Bolsa, sólo para los atrevidos
La Bolsa está en las antípodas de las preferencias de titulares de los depósitos de ahorro. Su perfil conservador les lleva a buscar la máxima seguridad, frente a los riesgos palpables de la renta variable.Los depósitos estructurados, que vinculan su rentabilidad a índices y valores bursátiles, o los fondos garantizados de renta variable son el punto de contacto del cliente más conservador con la Bolsa. En estos productos están los máximos niveles de riesgo que los clientes conservadores ahora están dispuestos a asumir, a pesar de las oportunidades que la entrada en estos momentos en renta variable ofrece para un horizonte de inversión a medio plazo, según apuntan los gestores.'Un fondo de inversión mixto de renta variable, con blue chips y valores de alta rentabilidad por dividendo es una opción recomendable para entrar en Bolsa. Es una oportunidad única de entrar en renta variable con un riesgo reducido de equivocarse', señala Alejandro Varela, gestor de fondos de Renta 4. Aun así, y como equivalente al perfil conservador de los titulares de un depósito, reconoce que la alternativa más ajustada es un fondo de renta fija privada.