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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Males crónicos y coyunturales del turismo

El turismo no podía salir indemne de la recesión mundial. La alianza empresarial Exceltur calcula que en el primer trimestre del año el PIB sectorial se ha desplomado un 7% por una caída de los ingresos del 13%. Como consecuencia, 86.000 trabajadores se han ido a las listas del desempleo. Es la cara más dramática, especialmente porque para los seis primeros meses se calculaba un recorte total de 110.000 empleos. El sector esperaba compensar con visitantes alemanes el fuerte retroceso de ingleses y franceses, los otros dos grandes mercados del turismo español. Sin embargo, las cifras han echado por tierra la esperanza y en los tres primeros meses del año el número de germanos que visitaron España descendió un 16%.

Queda patente que el panorama es más bien negro para el año, especialmente para verano, aunque desde Exceltur confían en que en el último trimestre podría notarse una ligera mejoría. En consecuencia, el turismo se suma al desplome generalizado del resto de los sectores económicos españoles con el agravante de que es la primera industria nacional. Dependiendo de las fuentes se cifra entre el 11% y el 16% del PIB, sólo superado por el inmobiliario durante los años del boom de la construcción de viviendas. La hostelería y las agencias de viajes emplean 1,8 millones de trabajadores a los que hay que sumar otros subsectores directamente relacionados con el turismo.

El recorte de empleo no ha sido la única decisión acometida por el sector para rebajar costes. Se han cerrado hoteles y oficinas de agencias de viajes, se han devuelto aviones en leasing y las rent a car han frenado la compra de vehículos. Eso les ha facilitado bajar sus precios entre un 5% y un 10%. Sin embargo, entienden que no es suficiente y piden que el Gobierno arrime el hombro y suavice las condiciones para el sector. Demanda rebajas en las tasas aeroportuarias, que empiecen a fluir los 600 millones aprobados en el plan de renovación de infraestructuras o ayudas fiscales y financieras a través del ICO.

Aunque es cierto que el sector tiene que seguir ajustando costes y precios para absorber los excesos del último decenio, también lo es que debe contar con apoyo. El objetivo es preservar el máximo de empleo, e igual que se han aprobado obras públicas, se pueden plantear ayudas al turismo. Pero deben ir de la mano de un plan integral de redefinición del sector. La calidad en las instalaciones y en el servicio es uno de los problemas que se ha agravado con la reducción de inversiones de los últimos años, además de la degradación medioambiental, especialmente en las costas, que resta atractivo a la oferta nacional. Los mercados que hace diez años no eran competencia lo son hoy, y muy dura, por las condiciones de precio y calidad de las instalaciones y de la movilidad. Todo eso tiene que tenerlo en cuenta una industria poderosa como la turística española si quiere tener futuro.

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