Obama quiere una red de alta velocidad en EE UU como la de España
El presidente de EE UU, Barack Obama, citó hoy a red de alta velocidad española (AVE) como uno de los modelos a seguir en su ambicioso plan estratégico para impulsar una red ferroviaria de características similares en Estados Unidos.
En una comparecencia en la Casa Blanca junto a su vicepresidente, Joe Biden, y el secretario de Transporte, el republicano Ray LaHood, el mandatario explicó que quiere crear corredores de alta velocidad del tipo que se han creado en Europa, Japón y China.
Obama citó a España, donde, explicó, "una línea del AVE entre Madrid y Sevilla tiene tanto éxito que el número de personas que viajan en tren supera a los que lo hacen en coche y avión por combinado".
También mencionó a Francia, donde la alta velocidad "ha sacado a regiones del aislamiento, impulsado el crecimiento y reconvertido a ciudades tranquilas en destinos turísticos florecientes", dijo.
El plan anunciado hoy contempla dos tipos de proyectos en EE UU. Uno crearía nuevos corredores para trenes de alta velocidad del estilo europeo y asiático, y un segundo implicaría incrementar la velocidad de líneas ferroviarias ya existentes.
Obama prevé la construcción de una infraestructura de alta velocidad que interconecte las ciudades y reduzca la dependencia de los coches y estimule el desarrollo económico.
La estrategia de Obama requiere de entrada una inversión de 8.000 millones de dólares, procedentes del paquete de recuperación y reinversión y 1.000 millones al año durante al menos un lustro.
El plan del Gobierno de EE UU identifica diez posibles corredores de alta velocidad que podrían recibir fondos federales, ubicados la mayor parte en el lado este del país, y en la costa del Pacífico.
La visión de Obama sobre una red ferroviaria de alta velocidad es, según la Casa Blanca, un espejo de la del presidente Dwight Eisenhower (1953-1961), el padre del sistema de autopistas interestatales que revolucionaron la manera en la que los estadounidenses viajaban por carretera.
El mandatario considera que los trenes de alta velocidad tienen el potencial de reducir la dependencia de EE UU del petróleo extranjero, reducir las emisiones de dióxido de carbono (CO2), impulsar el desarrollo económico y ofrecer a los viajeros más opciones.
"Mi plan ferroviario de alta velocidad conllevará innovaciones que cambiarán la manera en la que viajamos en EE UU. Tenemos que comenzar a desarrollar un transporte limpio y eficiente desde el punto de vista energético que definirá a nuestras regiones para los próximos siglos", indicó Obama en la presentación de su estrategia.
El mandatario explicó que la creación de una gran red de alta velocidad "generará muchos miles de empleos en la construcción durante varios años y puestos permanentes y una mayor actividad económica en los puntos de destino".
Con el anuncio del plan, Obama cumple parte de una promesa electoral, pues prometió realizar la mayor inversión en infraestructuras en el país desde la década de 1950 para crear millones de empleos y reactivar la economía.