Obras son amores
La política se hace con gestos, y José Blanco es político. La invitación a la presidenta de la Comunidad de Madrid al acto de su toma de posesión como ministro de Fomento es un buen ejemplo. Esperanza Aguirre también es política. Por eso asistió. Blanco adelantó que Aguirre sería la primera autoridad autonómica con la que se entrevistaría, y ayer cumplió su anuncio. Ambos escenificaron el fin de un inútil, improductivo e inexplicable desencuentro entre la presidenta de Madrid y la anterior titular de Fomento, un viaje a ninguna parte que en ocasiones rozó el ridículo y en demasiados casos pareció acercarse peligrosamente a la rencilla personal. Es agua pasada. Obras son amores y Blanco y Aguirre pactaron impulsar importantes proyectos en la Comunidad de Madrid que permanecían bloqueados, entre ellos un plan de ferrocarriles de cercanías por 5.000 millones.
El Ministerio de Fomento, el más poderoso brazo inversor del país, ha frenado en lo que va de año la licitación de obra pública, según cifras de la asociación empresarial Seopan. Es justo el momento de todo lo contrario, y en esa línea va a trabajar José Blanco. Por eso tiene más alcance el gesto de los dos políticos, primeros espadas en sus respectivos partidos. Porque de lo que se trata es de quitar trabas al proceso inversor y potenciar la colaboración público-privada, en busca de una eficacia de la que España está bien necesitada. Y de tal esfuerzo es absurdo que esté fuera la comunidad que alberga la capital del país.