Facilitar la inversión en España
Muchos son los factores que influyen para que un país sea atractivo a los ojos de los inversores extranjeros, como también son muchos los que desincentivan a las multinacionales a la hora de elegir ubicación. Tan necesario es impulsar los primeros como corregir los segundos. Entre estos últimos, las trabas burocráticas suponen uno de los mayores hándicaps. Consciente de ello, la Secretaría de Estado de Comercio negocia estos días con el resto de los departamentos ministeriales, y en especial con el de Trabajo, facilitar la obtención de visados de residencia y trabajo para los altos directivos y personal de confianza de las multinacionales instaladas en España. O que pretendan instalarse.
Las grandes multinacionales ubicadas en España disponen actualmente de una ventanilla especial en el Ministerio de Trabajo -la Oficina de Grandes Empresas- para gestionar trámites administrativos por la vía de urgencia. Para acceder a tal beneficio deben haber invertido al menos 20 millones de euros aquí. La pretensión del Ministerio de Industria es rebajar este listón y franquear el paso a las que hayan invertido al menos un millón en el plazo de dos años. Con ello se ampliará de 600 a 2.000 el número de las empresas extranjeras beneficiarias del trato preferente. Esta oficina se creó hace un par de años para evitar engorrosos trámites a las grandes empresas nacionales, pero se ha ampliado también a las extranjeras.
Otra de las acertadas reformas que negocia Comercio, esta vez con el Ministerio de Asuntos Exteriores, es agilizar la gestión de los visados para estancias no superiores a tres meses de duración. Aunque sea absurdo, se han perdido operaciones comerciales por algo tan injustificable como que el empresario extranjero no ha obtenido el permiso en el consulado para viajar a tiempo a España. No importaba que estuviese invitado por un colega español.
Tanto Asuntos Exteriores como Trabajo cumplen con su obligación al asegurar que la picaresca no introduce ilegalmente inmigrantes que se pueden hacer pasar por empresarios. Pero debe encontrar suficiente flexibilidad como para evitar que los que sí son empresarios o directivos de empresas no comunitarias tengan que padecer colas o esperar semanas para obtener un permiso que les permita visitar, residir, hacer negocios o trabajar en España.
Cualquier empresa que esté dispuesta a invertir en nuestro país debe recibir todo tipo de facilidades. Pero, especialmente, se ha de ofrecer un trato exquisito a sus directivos, que en definitiva son los que acabarán tomando las decisiones de hacer más negocios en España o replegarse. Los trámites burocráticos, por necesarios que sean, no pueden significar una barrera para la instalación de empresas, sean nacionales o extranjeras. Lo contrario es más propio de naciones sin desarrollar. La decisión de Comercio de no complicar la vida en España a los ejecutivos extranjeros es un claro acierto que debe tener continuidad.