Termómetro negro
Es curioso las vueltas que da la vida, lo que ahora puede ser bueno antes era malo. Yo lo he denominado el yin yan del mercado. Me refiero al precio del crudo, que nos dejó ver que era el gran enemigo público cuando llegó a doblar su precio en el periodo 2007-2008, debido a factores como la fuerte demanda de materia prima de los países emergentes, con China a la cabeza. También influyó el precio del billete verde y con un toque de especulación dándose: un binomio de posiciones cortas en el sector financiero y largo en petróleo o largos en petróleo y en euro/dólar. Esto hizo llegar al crudo a la zona de 150 dólares; justo antes del Big Bang que está cambiando las bases del mercado y de la economía en general. Se podría decir que era otro reflejo de la burbuja hasta que los osos se despertaron de su letargo con fuerza.
Esta subida tuvo una influencia en la inflación, situándola en límites que se debían controlar mediante la subida de los tipos de interés. Posiblemente no fue el único detonante del incremento de los precios y la toma de esta decisión, pero sí fue y será parte contratante de la primera parte, como decían los hermanos Marx. Ahora forma parte del equipo de la posible deflación, con la caída que ha experimentado, aunque el gran capitán de este equipo es el consumo.
Lo cierto es que el precio del petróleo es un termómetro claro de la evolución económica e indiscutible combustible que mueve la poderosa máquina del crecimiento. Tenemos una dependencia incuestionable, pese a que estamos intentando liberarnos de su poder poco a poco, apostando claramente, y con el apoyo de la gran potencia americana, por las energías renovables o incluso por las nucleares, como está sucediendo en Gran Bretaña (esto es otro debate).
Es curioso ver su influencia, ya que cuando estaba en más de 120 dólares el barril (niveles no descartables en el medio/largo plazo), hacía que fuera interesante la inversión e investigación en alternativas, pero con el derrumbe a los 35-40 dólares ya se empezaban a oír voces cuestionando la viabilidad de éstas, por las cuales, y sin duda, se debe apostar. Nosotros somos referentes y líderes, con Iberdrola y Acciona a la cabeza.
En el corto plazo podríamos ver un nivel de 60-70 dólares, donde todos deberíamos estar cómodos: la deflación se alejaría; si la subida es por la demanda sería un claro punto de recuperación; seguirían siendo interesantes las energías verdes e incluso algunos yacimientos y proyectos tendrían mayor visibilidad. Es uno de los ases de la baraja económica y referente en todas las bases de estudio y seguirá siendo así por mucho tiempo.
Los inversores deberían tener una visión más lejana de las acciones y saber que tienen acceso a esta materia prima de una manera fácil, la cual nadie discute que tiene una clara tendencia alcista. Si bien es cierto que el precio se ha desplomado, la demanda no ha caído en la misma proporción. Podríamos decir que el precio del petróleo es como la sal, siempre en su justa medida.
Daniel García Rojí. Responsable de clientes particulares de IG Markets