Baricco da la bienvenida a los bárbaros
"Mutamos para sobrevivir, no porque tengamos vocación autodestructiva". Tranquilizador mensaje sobre la revolución cultural en marcha, lanzado el domingo por el escritor italiano Alessandro Baricco durante la última jornada del festival internacional literario Pasa Porta celebrado en Bruselas (clausurado por Carlos Fuentes y en el que participaron, entre muchos otros, Enrique Vila Matas, Antonio Gamoneda, Ada Salas, el húngaro Péter Nádas, la francesa Catherine Millet, el actor francés, protagonista de Delicatessen, Dominique Pinon o el ex-primer ministro belga Guy Verhofstadt).
Baricco se alejó por igual de gurúes y apocalípticos, para dar la bienvenida (o al menos amoldarse) a la imparable invasión de unos modales (literarios, científicos, gastronómicos, musicales, cinematográficos, etc.) que ahora algunos califican como "bárbaros", pero que para el autor de Seda no son más que el nacimiento de una nueva civilización.
Sentado en un sofa en uno de los escenarios el Palacio de Bellas Artes (el Bozar) de la capital belga, Baricco sedujo al púbico con un alarde de retórica y oido musical. Es capaz de imaginar y reproducir desde el sonido de una branquia hasta el de una búsqueda en Internet.
El nacimiento de Google, por cierto, le sirvió de ejemplo para mostrar la nueva forma de pensar de los bárbaros. Sergey Brin y Larry Page no concibieron su buscador en términos meramente cuantitativos o cualitativos sino como una combinación de ambos criterios que toma en cuenta, además, la calidad de la relación entre los ementos conectados en red. Y eso les permitió dar con la fórmula que derrotó a los buscadores pensados con mentalidad del siglo XX.
Decenas de personas siguieron en silencio la larga reflexión. Una concentración en un sólo punto que, según el autor italiano, muestra que entre el público no había muchos nuevos "bárbaros" porque una de las características de la "nuova civilità" es la capacidad de dispersión, de atender por igual a varias fuentes de información o comunicación.