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Crónica de Manhattan
Crónica
Texto informativo con interpretación

El glamour es sólo una postal

La actividad no se relaja ni los días de diario en los lugares de moda de Manhattan. En el sofisticado restaurante Buddakan o en el Spice Market, situados en el muy marchoso Meatpacking District siempre hay gente tomando copas o cenando. En las cajas del moderno supermercado Whole Foods Market, las colas son tan largas como las de hace dos años. Es como si no estuviera pasando nada. Y no es así.

Esta imagen de postal glamourosa de la despreocupada Nueva York está lejos de reflejar la situación general actual. La realidad es que la crisis está golpeando a la ciudad de los rascacielos y en lo que se refiere al empleo, la situación es muy dura.

Según un informe publicado esta semana por el departamento de Trabajo del estado de Nueva York, la tasa de paro de febrero se disparó al 8,1%, el mismo porcentaje que la media nacional, cuando en enero el desempleo afectaba al 6.9% de la población activa. Hace exactamente un año, el paro era del 4,4%.

El brusco e histórico aumento se produce además en un mes en el que tradicionalmente se suele disparar la contratación para atender la demanda de la industria del turismo. Ahora se espera una de las temporadas más bajas de los últimos años.

El sector financiero de la ciudad, uno de los pilares de la economía local, está viviendo los momentos más difíciles en varias décadas y en un año han desaparecido 40.000 puestos de trabajo. Esto ha generado una cadena de efectos negativos que tiene entre sus primeras víctimas a los trabajadores de la industria del ocio, turismo y las ventas al por menor.

La ansiedad crece. Mucha gente a la que no se le movía la expresión en el rostro cuando revisaban una carta de vinos de más de 100 dólares la botella habla de ahorrar. Se imponen los planes caseros de fin de semana, la caza de la oferta y las rebajas es una actividad cada vez más popular, el coche se queda más tiempo aparcado y el metro gana clientes aunque a lo mejor es algo temporal.

La crisis también ha llegado a la empresa de transporte público que necesita cerrar un agujero presupuestario de 1.200 millones de dólares. Con tal motivo se ha aprobado una subida de la tarifa del metro y el autobús. A partir del 1 de junio el viaje pasará de los dos dólares actuales a 2,5 y, además, se reducirá el servicio.

Una señal más de que la crisis no pasa de la ciudad de los rascacielos.

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