Sarkozy endurecerá las condiciones a las empresas que reciban ayudas estatales
El presidente francés, Nicolas Sarkozy, endurecerá las condiciones impuestas a las empresas que reciban ayudas estatales y el Gobierno podría adoptar un decreto al respecto antes del próximo martes 31 de marzo, fecha tope que el Ejecutivo había dado a la patronal para presentar propuestas sobre la remuneración de directivos de compañías socorridas por el Estado.
Ayer, durante una reunión convocada por Sarkozy en el Elíseo con el primer ministro, François Fillon, y los principales miembros de la UMP, se puso de relieve el daño que en la opinión pública están causando las noticias sobre los 'bonus', 'stock- options' y 'paracaídas de oro' de los altos ejecutivos de empresas a las que el Estado ha inyectado dinero debido a la crisis o que recurren a planes sociales que destruyen cientos de empleos.
En la reunión se perfilaron las líneas a seguir para tener resultados tangibles y la decisión es que el Gobierno se centre a corto plazo en las remuneraciones variables en las empresas directamente auxiliadas por el Estado a través de préstamos, aportación de fondos propios o garantías.
Hasta ahora se han firmado convenios en este sentido con los bancos, que se comprometen a cambiar la remuneración de sus brokers, a no comprar acciones y a que sus directivos renuncien a la parte variable de sus remuneraciones en 2009, pero no prevén nada sobre la atribución 'stock-options' o acciones gratuitas, de ahí la reciente polémica con el banco Société Générale.
Por lo tanto, los convenios actuales se completarán para impedir que los directivos de estas empresas tengan una situación ventajosa y cuando no exista ningún acuerdo, como sucede en el sector del automóvil, se elaborarán para fijar claramente las reglas del juego.
En todo caso, y a pesar de la presión creciente en sus propias filas, Sarkozy busca una solución que eluda un texto legislativo global sobre la remuneración de los directivos, para evitar que una disposición de esta naturaleza obligue a las empresas una vez finalizada la crisis.
Otra opción, según Les Echos, sería aumentar la fiscalidad sobre las 'stock-options', como pide el Partido Socialista y algunos diputados de la UMP, pero esta medida se da de bruces contra el tan repetido mensaje de Sarkozy de que no ha sido elegido presidente para "aumentar los impuestos".
Así pues, aunque se perfila una solución para las entidades a las que el Estado respalda económicamente, reina la indefinición sobre las que, sin tener ayudas públicas, recurren de manera masiva al paro técnico o ponen en marcha planes sociales de gran amplitud.
Pulso con la patronal
En este caso, Sarkozy quiere prohibir los bonus a sus dirigentes, una tarea en la que mantiene un duro pulso con Laurence Parisot, presidenta de la principal patronal francesa, Medef, que ayer advirtió que "no se puede ir de fanfarronada en fanfarronada" y que, si bien no se opone a una regulación por ley, cree que la "autorregulación" puede aportar mucho más.
El Estado, además, no tiene medios coercitivos frente a las empresas salvo prohibir el paro técnico, algo que penalizaría en último término a los trabajadores. El Gobierno está, además, decepcionado y molesto con la respuesta escrita de la Medef recibida ayer en la que la patronal no muestra apertura alguna sobre la petición de Sarkozy de hacer un mejor reparto de los beneficios empresariales entre los asalariados.
Este panorama llevó al presidente galo a recurrir ante los parlamentarios de su grupo político a un refrán para definir la situación actual con Parisot: "No se puede hacer beber a un asno que no tiene sed".