Acertar con el precio de venta de 'activos tóxicos' es una de las claves del éxito
Acertar con el precio de venta de los activos tóxicos se perfila como la principal clave del éxito del plan de estabilización financiera detallado ayer por el Tesoro de EE UU. El programa prevé utilizar entre 75.000 y 100.000 millones de dólares ampliable a un billón para generar una capacidad de compra de unos 500.000 millones de dólares a través de fondos semipúblicos cuya gestión correrá a cargo del sector privado.
'Si el precio de venta es demasiado bajo a los bancos no les interesará porque implicaría pérdidas adicionales y más problemas de capital. El precio tiene que ser lo suficientemente atractivo para que los bancos vendan y lo suficientemente interesante para encontrar compradores', explica Jordi Padilla, de Popular Banca Privada.
El Tesoro de EE UU intentará lograr este equilibrio fomentando el interés de los inversores privados por este tipo de activos. De esta manera tratará de maximizar el impacto de cada dólar del contribuyente destinado a este plan, al tiempo que compartirá los riesgos con el sector privado. Y para atraer la entrada de capital el Tesoro permitirá que los fondos que se creen para invertir en activos tóxicos se financien con garantía estatal.
El apalancamiento, por tanto, se convertirá en una manera de permitir que los inversores obtengan una rentabilidad adicional que haga atractiva la inversión. Un apalancamiento que no podrá exceder la proporción de seis a uno en términos de deuda sobre activos.
'Es una forma de evitar que se presione demasiado a la baja el precio de compra de los activos', explica Beatriz Tejero, de Ibersecurities. 'Lo más positivo es que será el propio mercado quien ponga precio a los activos que se incluirán en el plan y que el fondo de garantía de los depósitos ponga garantía. Que haya inversión pública debería dar liquidez y generar demanda para estos fondos', añade Tejero. El Tesoro, además, suministrará el 50% del capital de cada de uno de los fondos semipúblicos.
La primera lectura del mercado fue muy positiva aunque ayer tampoco faltaron algunas voces más escépticas. Credit Suisse comentaba que si el plan permite al sector privado obtener ganancias interesantes eso implica que los términos deberán ser demasiado generosos, hasta el punto que pueden provocar rechazo político, por lo que creen que la implementación será complicada. Al mismo tiempo, señalan que no queda del todo claro que bancos y aseguradoras estén dispuestos a vender ya que no todos los activos están valorados a precio de mercado. El importe del programa es la otra incógnita ya que muchos temen sea insuficiente.