Verdades completas, medias verdades y estadísticas
Cómo desterrar mitos y aprender a adentrarse en el mundo de los números
Un error de 15.400 millones de euros en la previsión del crecimiento económico, ¿es mucho o es poco? Una manera de saberlo es calcular el porcentaje respecto al PIB del año anterior, pero no siempre se tienen a mano las cifras macroeconómicas. Así que dividámoslo por los 46 millones de habitantes que tiene España... y ¡tachán! El resultado son 334 euros. A partir de ahí, calcule si un error de 334 en su presupuesto anual es mucho o poco.
Reducir las cifras al tamaño de las personas es una manera de adentrarse en el proceloso mundo de las estadísticas, que Michael Blastland y Andrew Dilnot desbrozan en un programa de la radio británica y cuyo libro El tigre que no está (Turner) saldrá a la venta la semana que viene, por 19 euros. El título hace referencia al efecto óptico de la luz tamizada y de las hojas de los árboles que se mueven con la brisa, que aparentan las rayas de un tigre. Blastland y Dilnot, por si acaso, preguntarían al tigre antes de dar por hecho que existe.
Las grandes cifras son muy seductoras, pero detrás a veces no hay un tigre. Los 15.400 millones mencionados al principio son los que cambió la previsión de crecimiento del PIB para 2008 del Gobierno español entre diciembre de 2007 y junio del año en cuestión: desde el 3,3% hasta el 1,9%, 1,4 puntos. El libro está repleto de ejemplos del Reino Unido, como los 850 millones de euros de déficit que tuvo la Seguridad Social en 2005, el 1% del presupuesto. Pese a todo, bastante mejor que el error medio del Tesoro Público de ese país cuando prevé el déficit presupuestario, que viene a ser del 2% del gasto total. Una precisión del 1% la envidiaría cualquier empresa, consideran los autores.
En 2006 la deuda de Gran Bretaña alcanzó un billón de euros en su equivalente en libras, es decir, un uno seguido de doce ceros. ¿Era mucho o poco? Para saberlo, habría que compararlo con la riqueza del país. El resultado es que entre 1987 y 2005 la deuda creció, pero la riqueza lo hizo todavía más; la proporción había subido del cuádruple al séxtuplo.
En verano de 2005, en la cumbre del G-8, el entonces ministro del Tesoro Gordon Brown anunció que los 35.000 millones de euros de deuda de los países pobres serían condonados. Eso suponía cada año unos 1.100 millones de euros. Dividiendo por la población del G-8, suponía un euro al año. Además, añaden los autores, gran parte de ese dinero sale de los presupuestos para ayuda humanitaria. Cuando se trata de impuestos, el uso de las cifras es aún más ventajista. En un discurso de enero de 2008, el entonces presidente de EE UU George W. Bush defendió la continuidad de un recorte de impuestos porque de no hacerlo, los contribuyentes pagarían unos 1.300 euros anuales más. Lo que no dijo es que el 80% de los ciudadanos pagaría menos. Eso es debido a que la media sube mucho por los que ganan más. Por eso los autores recomiendan el uso de la mediana, que es la cifra que cobra la persona que está justo en el medio entre los que más ganan y los que menos. En este caso, la mediana estaba en los 700 euros.
La forma en que se calculan las previsiones lleva a hacerse ideas erróneas. Las estimaciones del PIB del Reino Unido no tienen en cuenta las nuevas empresas, por lo que suelen anunciar una cifra menor de la real; en Estados Unidos, en cambio, hacen una suposición, y con el tiempo suelen rebajar el dato.
A juicio de los autores, en la opinión pública queda la idea de que EE UU crece bastante más rápido que el Reino Unido. En España, las cifras del crecimiento se tienden a dar por debajo del resultado final, pero en 2008 la crisis acabó con todas las previsiones.
Los medios de comunicación son el otro gran objeto de crítica del libro, por no saber entender en ocasiones las estadísticas o por contarlas por el lado más sensacionalista. Pero a veces también se les critica injustamente, como cuando se acusa de gafes a Business Week o Sports Illustrated. Según la propia revista deportiva, de 2.456 personajes de portada, 913 habían tenido mala suerte poco después. La explicación es simple: las cosas suben y bajan, el éxito continuado es muy difícil, y después de llegar a lo más alto es muy fácil caer.
Del mismo modo, cuando se colocan cámaras para vigilar la velocidad de los vehículos se suelen poner en los puntos negros y después de una mala racha de accidentes; lo raro es que la intensidad se mantenga, así que es difícil dilucidar a corto plazo la eficacia de las cámaras, 'como suelen hacer los políticos', recuerdan.
Blastland y Dilnot atribuyen este uso erróneo de los datos, sobre todo, al desconocimiento. En sus charlas y seminarios, a los que acuden personas con gran experiencia en el gobierno, los negocios o el periodismo, preguntan cosas como cuánto debería ganar una pareja sin hijos para estar en el 10% mejor pagado del Reino Unido. Sólo el 10% acertó que eran 37.000 euros netos, e incluso un 3% dijo que eran 106.000.
Cifras para opinar
El catedrático Michael Ramney evalúa el conocimiento estadístico de sus alumnos de la University of California preguntando cosas como cuántos inmigrantes hay al año en EE UU. De media, le respondieron que el 10% de la población, cuando la tasa real es el 0,3%. ¿Y el porcentaje de abortos sobre el número de niños que nacen vivos? Los estudiantes creían que el 0,5%, cuando la tasa era del 25%. La sorpresa llevó a algunos de ellos a cambiar su opinión sobre dichos asuntos.
La testosterona alta no siempre se debe al deporte
La testosterona es una sustancia dopante para la Agencia Mundial Antidopaje, que considera que si está en la sangre en una proporción de cuatro a uno respecto a otra hormona, la epistosterona, hay razones para sospechar. Sin embargo, hay personas con ratios de 10 a 1 e incluso de 11 a 1 totalmente naturales; además, las personas asiáticas tienen un ratio muy inferior a uno a uno, y pueden tomar testosterona ilegal con menos riesgo de superar el límite.Curiosamente, fue un esgrimista japonés el primero en ser expulsado de los Juegos Olímpicos, con un ratio once a uno. Resultó ser un caso atípico natural. 'Nadie le pidió excusas', señalan los autores de El tigre que no está.
Medidas contraproducentes contra el cambio climático
La erosión de la costa puede deberse perfectamente a la subida del nivel del mar, así que lo fácil es echarle la culpa al cambio climático. Pero algún grupo activista, como Friends of the Earth, se anda con más tiento, y sugiere otro factor que puede haber influido: las obras de gestión costera, realizadas justamente para crear defensas contra la subida del nivel del mar.Confundir correlación, es decir, que dos sucesos tengan una relación indirecta, con causalidad, es muy habitual, especialmente con algo tan complejo como el clima. Blastland y Dilnot recomiendan 'imaginación para buscar otras causas más allá de los datos'.
escuelas que evitan examinarse de matemáticas y lengua
El plan de incentivos a los profesores que ha anunciado Obama puede encontrarse con los inconvenientes que ya han sufrido en el Reino Unido. Al principio un grupo de alumnos de cada escuela pasaba pruebas de nivel de seis asignaturas. Pero eso dejaba en mal lugar a las escuelas con alumnos de origen extranjero, o con necesidades especiales.Luego se vio que el ranking variaba mucho de año a año, debido a que la muestra de alumnos era pequeña, y las escuelas elegían a niños de nivel medio, para que se viera el avance de año a año. Además elegían las asignaturas más fáciles, evitando las matemáticas y la lengua. Ahora los rankings son más sofisticados, pero son poco precisos.
Bebés que engordan por un cambio en el cálculo
Que su bebé esté gordo es sólo un valor relativo a la media de los bebés, no un examen que deba aprobar o suspender. Pero si su peso está muy lejos de la media, puede haber motivos para preocuparse. El percentil 50 o mediana se calcula a partir de un muestreo de bebés. El problema, advierten los autores, es que la Organización Mundial de la Salud quiere sacar a los niños de biberón del muestreo, porque es partidaria de la leche materna.Los que toman biberón suelen crecer más rápido que los que se alimentan de leche materna. Cambiar el muestreo supondría que los de biberón empezarían a considerarse gorditos.