Francisco González cree que la situación financiera internacional "es desoladora" y hay que actuar
El presidente del BBVA , Francisco González, dijo hoy que la situación financiera internacional "es desoladora" y apostó por "dar un giro a la banca" con la mayor celeridad posible, "en un plazo de meses y no de años".
En un almuerzo en el marco del Foro Económico BBVA, celebrado en la Reserva Federal de Texas (EE.UU.), González explicó que las medidas que se tomen "no deberían centrarse en evitar la quiebra de los bancos, sino en conseguir un sistema bancario más fuerte, eliminando las partes que no funcionan como es debido".
González reconoció que se trata de una tarea "de enormes proporciones", dada la complejidad y el tamaño de algunas de las entidades financieras afectadas, pero dejó claro que "es tanto lo que está en juego que urge adoptar decisiones rápidas y radicales".
Y además, "es la única forma de mantener la carga del contribuyente dentro de unos límites razonables", explicó.
A su juicio, se debe dar prioridad a los problemas de liquidez y solvencia de las entidades, ya que la situación financiera sigue siendo "muy tensa" y el panorama es aún inestable.
Muchos segmentos del mercado y las propias entidades siguen siendo vulnerables, por lo que la posibilidad de que los bancos que ahora están bien resulten contagiados "sigue siendo alta", agregó.
En opinión del presidente del BBVA, la estabilización de los mercados y la recuperación de la confianza en el sistema financiero internacional nunca han sido tan urgentes, ya que todas las grandes potencias del mundo se están contrayendo en una recesión atípica cuya envergadura supera todas las previsiones y aún no da indicio alguno de cambio de rumbo.
Concretamente, en los países desarrollados la situación puede considerarse peor ahora que tras la quiebra de la entidad estadounidense Lehman Brothers, puesto que el mercado del crédito sigue sin recuperarse y las pérdidas bursátiles están perjudicando de forma "dramática" a las economías domésticas.
En consecuencia, González insistió en que estamos en la segunda etapa de la crisis, que a su juicio durará aún unos años, y después habrá una tercera etapa, en la que asistiremos a una reestructuración del sistema financiero que servirá para elevar su eficacia y su desarrollo tecnológico.
En ese proceso, dijo, se identificará a las entidades que den muestras de debilidad extrema, que pasarían a la tutela de las autoridades, lo que implicaría eliminar a sus equipos directivos y sustituirlos por otros que deberían sanearla, separando los activos sanos de los tóxicos.
Estos últimos, explicó González, pasarían a integrar unos fondos específicos bajo gestión pública, con el objetivo de recuperar "todo el valor posible para el contribuyente", tras lo que la entidad se volvería a privatizar, ya saneada, mediante una "venta transparente a empresas privadas".
Estamos viviendo una enorme reorganización del sistema bancario, en la que muchas entidades han desaparecido en los últimos 18 meses y muy pocas se mantienen con la solidez necesaria para seguir siendo rentables, dijo González, que incluyó entre estas al BBVA y recordó que la entidad cerró 2008 con 5.400 millones de dólares de beneficio, que le llevaron al segundo puesto de la banca mundial.
También se refirió a la diversificación geográfica del Grupo BBVA, que opera en 32 países y ocupa una posición de liderazgo en "España, México y América Latina", al tiempo que aumenta su presencia en Asia y avanza con paso firme en Estados Unidos de la mano de BBVA Compass, resultado de la unión de los cinco bancos que posee en el llamado
Según González, el BBVA mantiene una estrategia a largo plazo en Estados Unidos, un mercado que ofrece "excelentes oportunidades" y es "prioritario" para la entidad.