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Empleo y Directivos

2020, cómo serán las empresas que resistan

Alemany (Abertis), Barceló, Belil (Siemens) y Rubiralta (Celsa) ofrecen una versión optimista de la crisis y radiografían la firma del futuro.

La empresa del 2020 será una empresa con un proyecto, con una visión y unos valores compartidos'. Esa es la idea de Salvador Alemany, consejero delegado de Abertis. Un pronóstico que acompaña de rasgos más objetivos: 'También será una empresa que se haya capitalizado bien y que pueda movilizar recursos propios'. Lo que parece claro es que tienen mejor porvenir las que tengan una base industrial que las que tengan una financiera. 'Sí, parece que ha pasado ya el momento del hombre de negocio que sólo se mueve a corto plazo', sostiene Alemany, 'y llega otra vez la compañía con una estructura de negocio territorial y sectorial sólida'. Para Francisco Belil, consejero delegado de Siemens en España y el sureste de Europa, 'la empresa del 2020 será la que apueste por la innovación y el talento de la gente'. 'A veces no somos conscientes de que las compañías las hacemos las personas y el desarrollo del talento es fundamental'. Belil está convencido de que el futuro es de las empresas que sepan inculcar a sus empleados que es necesario asumir riesgos controlados 'y saber que si tropezamos no pasa nada, nos volvemos a levantar'. El directivo de Siemens reconoce también que las sociedades que en lo económico hayan sido 'conservadoras', 'están mejor dotadas para plantarle cara al futuro', las mismas que Alemany define como 'las que hayan jugado con prudencia en el terreno de la financiación'.

Pero antes de llegar a ser la empresa del 2020 habrá que superar la actual recesión económica. 'Para ello necesitamos la mentalidad de volver a empezar con entusiasmo, antes que la de intentar resistir', aconseja Alemany a las empresas que quieran salir airosas de la crisis. 'Es necesario volver a las actitudes, los sacrificios y los requisitos de los primeros años de una empresa, aquéllos en los que no ganas o ganas muy poco. El que se lo tome así tendrá más facilidades para salir que el que quiera sólo aguantar hasta que esto acabe', asegura el directivo, también presidente de Círculo de Economía. 'Lo último que tenemos que hacer es ser conformistas, no vale el 'ya pasará', el inconformismo y el seguir persiguiendo la excelencia son esenciales'.

Alemany y Belil fueron dos de los empresarios ponentes invitados a la jornada Creando la empresa de 2020 organizada por IESE en Barcelona. A ella también asistieron Pedro Barceló, copresidente de Barceló Corporación Empresarial, y Francisco Rubiralta, presidente de la siderúrgica Celsa. Jordi Canals, director general de la escuela de negocios IESE, abrió la jornada con una invitación al optimismo. En su opinión, España tiene hoy empresas 'que hace 15 años no podíamos ni soñar', uno de los factores que puede ayudarnos a tener esperanza, 'porque sin ella, no hay proyecto empresarial posible'.

'Hay que volver al sacrificio de los primeros años, aquellos en los que no ganas o ganas muy poco', dice Alemany

Barceló siguió esa línea positiva al afirmar que las empresas deben confiar en que una caída de beneficios 'no se va a llevar a la empresa por delante', 'y una vez se ha confirmado eso, tenemos que adaptar nuestra estrategia a la actualidad del mercado'. 'A muchos, lo más que nos ha pasado ha sido un descenso en nuestros márgenes', concluyó el copresidente de la hotelera.

Alemany recomendó también separar 'lo estructural de lo coyuntural y no pensar que vamos a estar siempre en decadencia'. En el caso de la compañía que dirige, la crisis ha supuesto que el tráfico de sus autopistas vuelva 'a niveles de 2005 o 2006', 'y entonces no pensábamos que la situación era catastrófica', aunque él mismo reconoció que en aquel momento la tendencia era al crecimiento y ahora 'no sabemos ni en qué punto estamos'. En esta situación, Alemany argumentó que su compañía sigue necesitando crecer, aunque pueda esperar, 'y quizá haya llegado el momento de las fusiones, siempre que no sean de cojos de la misma pierna'. Belil apuntó que las empresas que valoren la flexibilidad tienen el camino más despejado y que es necesario asumir 'que ya no nos vamos a mover a la velocidad a la que nos hemos movido hasta ahora'. El número uno de Siemens en el sur de Europa intentó relativizar la recesión con la afirmación de que en los 160 años de historia que tiene su compañía 'se han pasado crisis y todo tipo de situaciones y las volveremos a pasar'.

Una de las consecuencias palpables de la crisis es que abre la puerta a conceptos hasta ahora poco evocados en reuniones empresariales como la que se celebró en IESE. Así, Belil definió una empresa del futuro 'con valores sólidos, que asume la ética, y valora el esfuerzo y el compromiso'. Barceló apoyó esta línea al señalar que sobre todo las empresas privadas y familiares tendrán que hacer un esfuerzo para ser transparentes, 'con su gente, con sus clientes y con el conjunto de la sociedad'. 'En el mundo de hoy jugando a la opacidad no puedes salir reforzado', concluyó. En el mismo sentido, recordó al aforo presente que es imprescindible dar ejemplo, sobre todo en la empresa familiar, 'es un momento difícil en el que valores como la ética, el trabajo, la austeridad y el compromiso con el largo plazo se tienen que ver en los máximos responsables, y si se tienen que tomar medidas dolorosas nos tienen que doler a todos'. Para Belil, 'es necesario dar ejemplo porque vale más que 10.000 palabras'. 'Nuestro mensaje tiene que ser coherente porque parece que no nos mira nadie pero nos está mirando todo el mundo'.

La diversidad será uno de los rasgos característicos de la empresa de 2020. En una aldea de 100 personas, según explicó Belil, 56 serán asiáticos; 16 africanos; 13 americanos (sólo cuatro de EE UU); 12 europeos (cinco de ellos de Europa Occidental), y tres de Oriente Medio. 'Tenemos que tener muy presente esto, hablar inglés y ser ciudadanos del mundo, no se puede contratar sólo al vecino, es la aldea global la que nos va a dar las pautas'.

Barceló sacó el talento al debate. 'Es imprescindible, ni se puede ajustar ni se puede ahorrar, hay que invertir en él', mientras que Alemany aportó un ejemplo de su propia compañía: 'Es evidente que no estamos en situación de comprar, pero no vamos a desmontar por ello nuestro equipo de análisis. Nos ha constado mucho construirlo y ahora tenemos claro que es esencial no desmontar aquello que te ha dado el éxito'. Belil recomendó empezar a seleccionar a los empleado por sus valores, más que por conocimientos técnicos y aprovechar las diferencias individuales.

Rubiralta, por su parte, insistió en la importancia de la formación y de reunir a un gran equipo 'que sepa trabajar en común, porque tener un equipo de figuras no garantiza una buena gestión si no saben trabajar unos con otros'.

Alemany cree que la empresa del futuro será aquella que intente solucionar los problemas de cerca y la que potencie el nosotros, 'entendido como empresa más empleados'. Por su parte, Rubiralta pronosticó una empresa 'preparada para buscar nuevos mercados y actuar con rapidez y flexibilidad'.

La jornada de IESE contó también con la intervención de varios profesores de la escuela. Entre ellos, Pedro Videla, que recomendó a las empresas hacer borrón y cuenta nueva y olvidarse de lo ocurrido en los últimos años, 'no volveremos a crecer igual, porque ese crecimiento fue consecuencia de unos factores exógenos muy favorables, que es raro que vuelvan a darse'. El profesor de IESE se refería a la coincidencia temporal de la entrada de España en el euro, la entrada masiva de inmigrantes en el mercado laboral, la avalancha de liquidez y el exceso de ahorro mundial.

El también profesor de IESE Antonio Argandoña dijo que a las empresas 'les toca ahora bailar con la más fea, pero un buen empresario está acostumbrado a las épocas buenas y a las malas'. Y Alemany para concluir sostuvo que las empresas españolas no tienen que resignarse. 'No podemos aceptar que esto era una fiesta y se ha terminado, ahora ya hemos aprendido a jugar en primera división mundial, lo tenemos en nuestros balances y en nuestro saber hacer'.

El optimismo como consigna

Si algo quedó claro en la jornada Creando la empresa de 2020, organizada por IESE en Barcelona, fue que los ponentes habían recibido instrucciones de Jordi Canals, director de la escuela de negocios, para valorar la situación de las empresas españolas de una manera optimista, según ellos mismo contaron. Y lo intentaron. Por ejemplo, Pedro Barceló, copresidente de Corporación Barceló, afirmó que para seguir las directrices de Canals podía decir que de la crisis, 'ya queda menos'.Los profesores que intervinieron en el debate también lo intentaron. 'A medio y largo plazo podemos ser optimistas, porque tenemos fortalezas como un tejido diversificado, el clima y la calidad de vida, empresas punteras y un sector público con menor peso que en otros países', argumentó Xavier Vives.Por su parte, Antonio Argandoña, también profesor de la escuela de negocios, comentó durante su presentación que los empresarios consideran que el mayor obstáculo para hacer negocios en España es la legislación laboral.

La esperanza de EE UU y nuevos valores

España ha vivido un periodo extraordinario de crecimiento que no volverá. En ese análisis coincidieron varios ponentes de la sesión organizada por IESE. El profesor Xavier Vives lamentó que este periodo no se haya aprovechado para aumentar la productividad y aludió a la necesidad de una regeneración moral de la sociedad. 'Hay que volver a la cultura del esfuerzo y del trabajo que han desaparecido por la burbuja inmobiliaria', explicó. 'Nuestro nivel educativo es malo, no tenemos ninguna universidad española que esté entre las 100 mejores del mundo'. Vives abogó por un pacto entre la sociedad civil y las administraciones para intentar salir de la crisis, al que también se sumó Argandoña: 'Si no lo hacemos ahora, tendremos que hacerlo dentro de tres años, cuando miremos con nostalgia el nivel de paro que ahora nos asusta'.Pensando ya en la recuperación económica, los empresarios apostaron por EE UU, a la hora de decidir qué país actuaría como locomotora. 'El que sea capaz de aplicar más flexibilidad saldrá primero, y creo que será EE UU', afirmó Salvador Alemany, consejero delegado de Abertis.Francisco Rubiralta, presidente de Celsa, coincidió en la fe en EE UU, pero apostó por el futuro de Europa. 'Todos vamos detrás del gigante norteamericano, pero yo creo en Europa. En la construcción europea damos dos pasos para adelante y uno para atrás, pero la realidad es que avanzamos. También la ribera del Mediterráneo, incluyendo el norte de África, tiene un gran porvenir'. Por su parte, Pedro Barceló mostró su confianza en México como mercado futuro. 'Es muy parecido a España hace 40 años, con un mercado exterior rico y uno interior muy potente'.

Las cifras

20.780 19,7%16,6%millones de euros es el importe de las principales medidas de estímulo fiscal realizadas por el Gobierno en 2009, según BBVA.

es la tasa de paro prevista por Funcas para el año 2010, frente al 8,3% registrado en 2007.

es la tasa de ahorro de las familias en porcentaje sobre renta, prevista para 2010 por Funcas. En 2007 fue del 10,2%.

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