Los mercados siempre tienen razón
Hace ya mucho tiempo que llegué a la conclusión de que los mercados siempre tienen razón. Es más, creo que cuando se equivocan no lo hacen realmente, simplemente rectifican sobre la base de nueva información.
Pero ya sé que algunos de ustedes no están de acuerdo. En estos momentos especialmente. Sin duda, el espíritu animal que estamos viendo en los mercados en el último año y medio probablemente no sea una buena tarjeta de presentación para cualquier inversor que busca racionalidad. ¿Quién habla de racionalidad cuando en días puedes perder dos dígitos en tu inversión en Bolsa?
Del pesimismo al pánico no hay tanta diferencia. Y créanme: no todo el mundo está capacitado para aguantar estoicamente mientras tu inversión se desploma. Tampoco somos máquinas, que pasemos de comprar (estar largo) a vender (estar corto). No me extraña que muchas compañías y autoridades consideren que la primera prioridad es estabilizar los mercados. Incluso algunos Gobiernos van más allá y aluden directamente a poner un suelo para las Bolsas. El pesimismo extremo lleva al pánico; el pánico es irracional. Al final, la consecuencia siempre es la misma: iliquidez, especulación y más iliquidez. Pero, en el fondo, los mercados reaccionan de esta forma porque la incertidumbre lo merece. Hasta que todo cambia. A mejor, naturalmente.
Creo que ya no tiene mucho sentido contar el origen de la actual situación. Con todo, permítanme al menos que aluda a la trampa en que estamos inmersos. Me refiero al círculo vicioso entre crisis financiera y crisis económica. La crisis financiera, reflejada en unos mercados estrechos y dominados por la desconfianza. Sobre el sector financiero, especialmente. A la vez, una crisis económica que se nutre de la restricción al crédito de la banca y de la propia iliquidez de los mercados.
¿Cómo poner freno a todo esto? Estoy totalmente convencido de la bondad de las medidas tomadas por las autoridades, aunque puedo estar en desacuerdo con su intensidad o falta de integración. Pero, supongo, no es fácil satisfacer a todos. Los Gobiernos, los bancos centrales, parecen tener tres objetivos con sus decisiones. El primero, estabilizar la banca. El segundo, crear mercados. El último, fijar un suelo para el deterioro económico. Y todo esto de forma simultánea. ¿Lo lograrán? Espero que sí. Al menos están reduciendo la volatilidad en los mercados, algo imprescindible para que vuelva la racionalidad. Esta es la condición necesaria para que los inversores recuperen la confianza. La condición suficiente pasa por una mejora en la percepción hacia la banca y hacia la economía. Economía y banca están entrelazadas, algo que todos debemos recordar. Pero la consolidación bancaria no es sinónimo de crisis del sector. Incluso puede generar oportunidades, si es ordenada.
Tres días de subidas en las Bolsas y muchos ya creen que lo peor ha pasado. Un año atrás lo hubiera considerado una oportunidad de venta. Seis meses atrás, sería aún precipitado. Sin embargo, ahora no tengo las ideas tan claras. Quizás en esta ocasión tengan razón. De hecho, creo que la mejora de las Bolsas pueden continuar en las próximas semanas. ¿La razón? Mejor, las razones. Hay aspectos técnicos (sobreventa y claudicación), fundamentales (bajas valoraciones, aunque siempre pueden bajar más naturalmente) y el potencial éxito de las autoridades con sus medidas. Por este orden. Aunque también podríamos hablar de que las medidas de las autoridades pueden ayudar a estabilizar los mercados, reduciendo la sobreventa actual y facilitando que retorne el inversor final. ¿Y la crisis económica?, ¿y la situación de la banca? Todo se andará.
Unos mercados más estables facilitan la caída de las primas de riesgo, lo que al final siempre se traduce en una mayor liquidez. La banca está inmersa en un proceso de ajuste. Pero siempre es más fácil si su cotización en Bolsa no está en caída libre. Y más tarde o más temprano comenzaremos a ver el resultado de todo esto en la economía. Creo que el objetivo inmediato sería ver un suelo en el deterioro y no tanto especular sobre cómo será la recuperación posterior.
Lo dicho: los mercados siempre tienen razón. ¿Y llevarlos la contraria? Esto siempre es posible. Aunque en demasiadas ocasiones no tenemos el colchón financiero para aguantarlo.
Por cierto, aquí no estoy hablando de soluciones a las crisis. Simplemente de un escenario menos imposible al de los últimos meses.
José Luis Martínez Campuzano. Estratega de Citi en España