La renta fija a largo plazo va por delante, pero con riesgos de volatilidad
Los planes de pensiones siguen sometidos al estrés de los mercados, aunque no sean un producto de ahorro en el que resulte aconsejable mirar cada día su valoración, habida cuenta de que un elevado porcentaje de partícipes tiene por delante una dilatada vida laboral antes de poder recibir los frutos de su ahorro, a la edad de jubilación. En todo caso, aquellos partícipes que esta semana hayan mirado las cotizaciones de los mercados habrán experimentado un cierto alivio, al ver cómo las principales Bolsas registraban avances de cierta consideración, hasta recuperar en torno a un 7% en el conjunto de la semana.
Aun así, los planes de renta variable han cerrado el mes de febrero con una pérdida acumulada en los doce últimos meses del 38,9%, caída que se repite, aunque en menos proporción, en los planes mixtos que tienen a la Bolsa como principal ingredientes, con un 26,6% anual de pérdida en este caso. Los inversores que parecen de momento más a resguardo de las pérdidas son la mayoría de los que invierten en planes de renta fija, tanto a corto plazo como a medio y largo plazo, aunque sus ganancias son bastante exiguas. Pero ni siquiera los garantizados ofrecen ya certeza de ganancia segura, aunque por ser garantizados, los partícipes están a resguardo de las pérdidas.
Por el momento, y sin que existan garantías de continuidad, los planes de renta fija a largo plazo son los ganadores ya que en conjunto muestran una ganancia del 2,25% en los doce últimos meses. El terreno de la renta fija a largo promete sensaciones fuertes de cara a los próximos meses debido a las elevadas emisiones de bonos que están gestándose en el mercado para financiar los planes de rescate y apoyo financiero de los Estados, que obligarán a emisiones masivas y, por lo tanto, a subidas de los tipos para atraer al ahorro. Los analistas pronostican alta volatilidad en este segmento del mercado, por lo que no será un territorio cómo para los inversores.