Suiza y Austria suavizan el secreto bancario para atajar el fraude fiscal
Los paraísos fiscales y países de baja tributación están cediendo ante la presión internacional que reclama mayor transparencia. Suiza aseguró el viernes que mejorará el intercambio de información bancaria con terceros países. Austria y Luxemburgo también accedieron a abrir las cuentas bancarias de ciudadanos extranjeros. Un día antes, Andorra y Liechtenstein anunciaron que levantarán parcialmente el secreto bancario.
Parece que la cosa ahora va en serio. Ha sido necesario que el mundo se enfrente a la peor crisis desde la segunda Guerra Mundial para que la presión internacional contra los paraísos fiscales surtiera algún efecto. Suiza, cuyo potente sistema financiero se basa en el secreto bancario, aumentará la colaboración con terceros países. Es decir, mantendrá el secreto bancario pero cuando existan sospechas de delito o fraude fiscal será más diligente a la hora de intercambiar información con terceros países.
Austria también anunció que accederá a abrir las cuentas bancarias de extranjeros siempre y cuando existan indicios documentados de fraude. El día anterior, Andorra aseguró que levantará el secreto bancario para aquellos países con los que llegue a acuerdos de doble imposición. Sin embargo, la Asociación de Bancos Andorranos, tranquilizó a sus clientes y declaró que mantendrá la confidencialidad salvo casos 'excepcionales'.
Liechtenstein, el país donde se destapó el año anterior el mayor fraude fiscal de la historia de Alemania, también flexibilizará sistema bancario. Precisamente el país germano firmó esta semana un acuerdo con la Isla de Man para impulsar el intercambio de información. Un pacto similar alcanzó el Reino Unido con Jersey. Paradójicamente, el Royal Bank of Scotland, actualmente propiedad del Gobierno británico, defraudó al fisco 544 millones de euros mediante operaciones concertadas con otras entidades en paraísos fiscales, informó el periódico The Guardian.
La opacidad no desaparecerá, pero aumentará el intercambio de información fiscal entre países
Por otra parte, Luxemburgo y Bélgica, se han comprometido a colaborar con las autoridades fiscales foráneas. La nueva política de los paraísos fiscales ha sido bien recibida por la UE. Aunque aún es pronto para saber si las buenas intenciones que muestran tendrán efectos reales. El ministro de Economía, Pedro Solbes, y su homólogo alemán, Peer Steinbruck, aseguraron el viernes en Madrid que trataran la problemática en la próxima cumbre del G-20 que se celebrará en Londres el 2 de abril.
El actual ímpetu para detener el fraude fiscal se explica por la crisis y el fuerte incremento del déficit que afecta a la mayoría de países. La OCDE trabaja en una nueva lista de paraísos fiscales que se discutirá en la cumbre del G-20. La reacción en cadena de los territorios con secreto bancario ilustra su temor a aparecer en esta nueva clasificación, que hoy sólo incluye a Mónaco, Liechtenstein y Andorra. 'Si Suiza figurara en una lista negra, ello no sólo perjudicaría al sector bancario sino también al conjunto de la economía', dijo Rudolf Merz, ministro de Finanzas de Suiza.
Los paraísos se afanan en cumplir los estándares de la OCDE sobre intercambio de información fiscal y, al mismo tiempo, reiteran que el secreto bancario se mantendrá. 'No habrá un intercambio automático de información, pero renegociaremos varios de los 80 acuerdos fiscales que tenemos con otros países', declaró Josef Proell, ministro de finanzas austriaco.
Una vieja batalla con más fracasos que victorias
La legislación europea permite el secreto bancario. Tres Estados miembros -Luxemburgo, Bélgica y Austria- lo mantienen. La voluntad de la UE es eliminarlo pero para reformar la normativa fiscal se requiere de unanimidad. Tras muchos años de discusiones, la UE aprobó en 2005 la llamada directiva del ahorro, una norma que permite mantener el secreto bancario a cambio de aplicar retenciones en los rendimientos que obtengan extranjeros comunitarios en sus territorios. La normativa presenta mil y una deficiencias y supone una barrera insignificante para detener el fraude fiscal. Países que no forman parte de la UE como Suiza, Liechtenstein, Mónaco o Andorra también aplican la directiva. La Unión Europea es consciente de que la actual legislación es totalmente ineficaz e iniciará próximamente reuniones para endurecer la directiva del ahorro.