El mercado de las apuestas no cierra por la noche
Betfair organiza un sistema complejo, evitando la información privilegiada y el fraude.
En la sede de Betfair en Londres siempre hay alguien pendiente del teléfono, sean las diez de la noche o las tres de la mañana. Un apostante llama para pedir información sobre un partido de cricket en Australia, una carrera de caballos en Inglaterra o un partido de fútbol en Grecia. Un minuto después llama otro para apostar justo el resultado contrario. Los mercados de apuestas como Betfair, a imagen de los mercados bursátiles, intermedian entre gente que pone en juego su sapiencia, sea sobre deporte, elecciones políticas o incluso el tiempo.
En la jornada del martes, con partidos de Liga de Campeones, se movieron 50 millones de euros. Esta semana es especialmente intensa, pues se celebra el festival hípico de Cheltenham, aunque en un día cualquiera hay carreras cada quince minutos, entre la 1 y las 5 de la tarde en invierno, y en verano hasta las 9. 'Los sábados por la tarde, con Premier League y caballos, son los más fuertes de la semana', explica Sacha Michaud, director en España de Betfair.
Para hablar por teléfono con un asesor de Betfair (algunos son ex brokers) hay que invertir un mínimo de 50 euros, pero por internet, que mueve la parte masiva de las apuestas, la apuesta mínima son 4 euros, que bajarán a 2 el mes que viene.
La compañía británica mueve el 90% del mercado de intercambio de apuestas, que ofrece mayor liquidez y rentabilidad que los mercados tradicionales en los que se apuesta contra la casa. La mayor parte de su negocio depende de las apuestas, aunque también ofrece póquer y otros juegos online. Cuando una persona con problemas de ludopatía se da de baja, tiene que hacer un papeleo enorme para volver a inscribirse.
Cuando un jugador hace una apuesta y otro una contraapuesta, Betfair congela el dinero de ambos en cuentas aparte; cuando la apuesta se resuelve, se lo cobra. Para evitar el amaño de competiciones, Betfair comparte la información de las apuestas sospechosas con las organizaciones deportivas, y para evitar el blanqueo de dinero, la empresa controla que no se produzcan intercambios de dinero demasiado frecuentes entre los mismos jugadores.
En el centro de control vigilan si se produce algún gol o algún otro acontecimiento importante que obliga a suspender el mercado durante unos segundos para evitar la información privilegiada. 'En el campo se ve antes que en la televisión, y el retraso del satélite también influye', cuenta Michaud. A veces incluso envían a una persona al evento para que suspenda el mercado inmediatamente.
Los apostantes más asiduos, las 'cuentas clave' (key accounts), tienen personas dedicadas a ellos, que incluso les invitan a eventos como el festival de Chentelham. Eso incluye sobre todo a los que ganan mucho, pero también a los que pierden a menudo, 'que si lo hacen es porque pueden permitírselo', matiza Michaud.
Se hacen más apuestas durante los propios acontecimientos que antes. No se puede apostar por datos subjetivos, como las lesiones de los jugadores. '¿Qué es una lesión? Procuramos que las cosas que se apuestan sean claras y relevantes para el juego', señala Michaud. En España el fútbol se lleva el 80% del mercado, pero en otros lugares importa más el cricket, cuyos partidos duran hasta cinco días. En Inglaterra hay mucha tradición de apostar sobre el tiempo en el día de Navidad, o por la semana 'más calurosa del verano'.
La cifra
43 millones de euros es el récord de apuestas en Betfair por un evento concreto, la final de Wimbledon del año pasado entre Nadal y Federer.
El Madrid decepcionó a los apostantes
Con el segundo gol del Liverpool, la victoria del Real Madrid se pagaba ya 50 a 1 en Betfair, pero aún había alguna llamada para apostar por los blancos. El partido de la Liga de Campeones que les enfrentó el martes (4-0 para el Liverpool) supuso en torno a 15 millones de euros en apuestas, 5 más que en el partido de ida (0-1). En la vuelta se suele apostar más, pero cuando un partido está sentenciado se apuesta menos.Antes de que se jugara la victoria del Madrid se pagaba 3,55 a 1, y tras el primer gol bajó a 13 a 1. Durante los partidos se puede seguir apostando el resultado, los goles, las tarjetas rojas y los penaltis, aunque no los goleadores, un dato a veces impreciso y que sólo el acta del árbitro resuelve definitivamente. Por ejemplo un triplete, que no se produjo, se pagaba 30 a 1 antes de empezar.Los resultados más factibles según las apuestas previas al partido era el 1-1 y el 1-0. Con lo que no contaban los jugadores era con el hundimiento del Madrid.