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Crónica de Manhattan

¿Quién elogió el ahorro?

Durante años, los anuncios de la tarjeta Mastercard animaban a consumir para conseguir una satisfacción personal sin precio. El anuncio ha cambiado. Ahora el spot narra la historia de una mujer que entra en una tienda en la que se despachan gratis abrazos, carcajadas y suspiros. Con el ahorro de esas 'compras', su familia se puede ir a la playa. Es el signo de los tiempos. La frugalidad ha vuelto.

Agobiados por un paro como el de hace 25 años y una economía que no se mueve, los estadounidenses han cambiado de la noche a la mañana su bulímico consumo y derroche y vigilan su gasto. Tanto, que la tasa de ahorro es ahora del 5%, cuando la pasada primavera era de cero y durante años ha sido negativa.

El crecimiento es el mayor registrado desde 1995 y se ha producido más deprisa de lo que nadie preveía. Los economistas dicen que la mitad de la contracción de la economía en el cuarto trimestre es atribuible a la caída del consumo causada por la rebaja de los ingresos y el aumento del ahorro.

Y ¿quién se beneficia?

Sin alternativa de inversión y gracias a las garantías del Estado, los estadounidenses han pasado por alto la baja remuneración y aumentado los depósitos bancarios a un ratio de 100.000 millones de dólares al mes en el último trimestre, según el Fondo de Garantía de Depósitos.

La responsabilidad ha vuelto, pero tan rápido que ha acelerado el mal momento económico.

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