RTVE pierde y otros ganan
Sorprende que se hayan dado los datos del ejercicio 2008 de RTVE sin referencia alguna a las previsiones cifradas en la Ley 17/2006, de 5 de junio, de la radio y televisión de titularidad estatal (Boletín Oficial del Estado de 6 de junio de 2006). Porque su artículo 13, dedicado al cese de los consejeros, establece, en la letra c) del apartado 2, que 'todos los consejeros cesarán en su cargo en caso de 'que de la liquidación del presupuesto anual de la corporación RTVE se constate la concurrencia de dos circunstancias. A saber: I. Un empeoramiento del resultado presupuestado con una desviación igual o superior al 10% de la compensación aprobada por la prestación del servicio público; II. La existencia de una desviación presupuestaria por exceso igual o superior al 10% de las cifras aprobadas para el total de las dotaciones tanto del presupuesto de explotación como del presupuesto de capital, excluidos del cómputo del primero los impuestos y los resultados, y del segundo la variación de capital circulante.
Sucede, según contaba ayer CincoDías, que RTVE vuelve a los números rojos por la caída de la publicidad. De modo que la Corporación cerró 2008 con un déficit de 71,8 millones de euros. Los resultados negativos se achacan a la caída generalizada de la publicidad (con un impacto de 71 millones) y a la disminución de un minuto por hora del espacio dedicado a la emisión de anuncios (con un impacto de 51 millones).
Pero nuestros directivos se ahorraron cualquier mención al hecho de que los resultados negativos superaban en más del 50% los 50.000 euros a que asciende el 10% de la cantidad de 500.000 euros en que está cifrada 'la compensación aprobada por la prestación del servicio público'.
Tampoco se han dado los datos que hubieran permitido conocer si concurre la otra circunstancia de desviación presupuestaria relativa a las dotaciones tanto del presupuesto de explotación como del presupuesto de capital, más arriba mencionadas, de donde se derivaría la exigencia legal del cese de todos los consejeros.
La Ley 17/2006, en su artículo 4, dispone que las Cortes Generales aprueben mandatos-marco de una vigencia de nueve años a la Corporación RTVE en los que se concretarán los objetivos generales de la función de servicio público que tiene encomendados, que serán desarrollados cada tres años en los contrato-programa acordado por el Gobierno con la Corporación RTVE.
El primer mandato-marco se aprobó en diciembre de 2007 y fue publicado en el BOE del 30 de junio de 2008, pero ésta es la fecha en que seguimos sin acuerdo sobre el contrato programa trianual y sin desarrollo alguno de los objetivos de la función de servicio público, que es la única susceptible de recibir compensación con cargo al erario público según prescribe la Unión Europea.
Además el artículo 37 de la ley atribuye a la Intervención General de la Administración del Estado las funciones de control previstas para las sociedades mercantiles estatales y en particular la revisión del informe anual relativo a la gestión de la Corporación RTVE y a la gestión de las sociedades en las que participe, directa o indirectamente, de forma mayoritaria, así como de los informes sobre cumplimiento de las misiones de servicio público encomendadas por el contrato-programa y las demás obligaciones de carácter económico-financiero asumidas por la Corporación RTVE en razón de su carácter público.
En el apartado 5 de ese mismo artículo de la Ley se determina que la Corporación RTVE y sus sociedades de servicio público deberán llevar un sistema de contabilidad analítica que permita presentar cuentas separadas de las actividades del servicio público y del resto de actividades que realicen, con objeto de determinar el coste neto del cumplimiento de las obligaciones de la prestación de ese servicio al que se refiere el artículo 33. Pero nada se ha sabido de esas cuentas separadas, ni del sistema de indicadores no sólo de gestión sino también de servicio público y calidad audiovisual, objetivamente cuantificables, al que se refiere el apartado 6 del artículo 42 del vigente mandato-marco.
Toda esta opacidad se refuerza cuando para nada se aportan datos de las contrataciones con productoras externas. Porque RTVE presenta números rojos pero las productoras privadas de que se sirve tienen beneficios opíparos. Siempre detrás de una ruina hay grandes oportunidades de negocio. ¿Llegaremos a saber quiénes son sus beneficiarios y en qué cuantía?
Miguel Ángel Aguilar. Periodista