La zona euro debe blindar sus puertas
Algunos medios anglosajones reclaman estos días que la zona Euro relaje los criterios de ingreso para dar acogida a los países del Este vapuleados por la crisis. Los propios afectados ni siquiera insisten demasiado en esos cambios, entre otras cosas, porque ninguno prevé ni está en condiciones de adoptar el euro de manera repentina. Así que, cabe imaginar que los partidarios de convertir la Unión Monetaria en un coladero sólo pretenden minar su credibilidad o lastrar su futuro.
Por suerte, hoy mismo el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, ha descartado cualquier cambio de los llamados criterios de Maastricht (déficit, deuda pública, tipo de cambio e inflación) que regulan la entrada en el Euro. "Debe mantenerse la percepcíon de que hay que trabajárselo para estar en condiciones de adoptar el euro", ha señalado Barroso en rueda de prensa.
Y el portugués ha recordado que los criterios no son insuperables porque ya hay cuatro países recién ingresados en la UE (Chipre, Malta, Eslovenia y Eslovaquia) que comparten la divisa europea. "El resto", dijo, "no están porque no lo han considerado oportuno o porque no han hecho los deberes". Sólo hace unos meses, Polonia, que ahora se menciona entre los países con prisas, se negaba incluso a reconocer su obligación de pertenecer a la Unión Monetaria.
Ahora, algunos de esos gobiernos del Este, que hasta hace poco despreciaban las supuestas injerencias de la UE, reclaman un trato especial. Y tienen como abogados defensores, entre otros, a los opinadores anglosajones y al presidente del Banco Mundial, Robert Zoelick (excompañero de Gobierno de Bush, Rumsfeld y compañía). La zona Euro no debería ceder. Al contrario. En plena crisis debe hacer gala de rigor y estabilidad, para que los mismos que ahora le piden flexibilidad no organicen después un ataque especulativo difícil de encajar. Y si algún país siente un deseo irrefrenable de renunciar a su divisa, quizá podría adoptar primero la libra esterlina mientras trabaja para merecerse el euro.