Las ventas de coches en EE UU caen a mínimos de casi 30 años
Con una economía en continua y dura erosión nadie en EE UU esperaba ver buenas noticias en las tabulaciones de las ventas de coches del mes pasado. Y no hubo sorpresas. En general, y tras conocer los resultados de las principales automovilísticas, los analistas apuntaban a que febrero había registrado la peor caída en casi 30 años.
Las ventas de Ford se desplomaron un 48% y las de Toyota un 40%, el mayor retroceso de la historia de esta automovilística japonesa en EE UU. Honda no tuvo mejor fortuna y matriculó un 38% menos mientras que las ventas de Nissan cayeron un 37%. En el caso de General Motors, la empresa que cuenta con ayudas del Gobierno para mantenerse a flote, las cifras de matriculaciones deparaban peores noticias aún al caer un 53%. En el caso de las marcas que la empresa ha puesto a la venta o va a retirar del mercado, el desplome fue mayor. Hummer, el más extremo de los todo terrenos del mercado, matriculó un 69% menos, mientras que su marca sueca Saab registraba una caída del 59%. Saturn, una marca que los concesionarios buscan relanzar con la participación de capital extranjero (probablemente asiático) vio como sus ventas se precipitaban un 57%.
Tanto GM como Ford han decidido ya una fuerte rebaja de producción pero la fuerte erosión de ventas renueva las dudas sobre la viabilidad del fabricante del Cadillac en un momento en el que la Administración de Barack Obama estudia si mantener, y cómo, la ayuda financiera a esta compañía.
Las perspectivas de recuperación no son realistas a corto plazo porque la economía sigue dando muestras de profunda debilidad y se espera que el viernes el departamento del Trabajo de a conocer unas cifras elevadas de paro y destrucción de empleo (alrededor de los 700.000 puestos de trabajo). Ante esta perspectiva la confianza del consumidor se ha derrumbado y las visitas al concesionario son contadas.
Cita en Washington
Los bonistas de GM se reunirán el jueves con el equipo ad hoc del Gobierno que estudia la ayuda a esta empresa. Una de las condiciones impuestas a GM es que debe reducir su deuda un tercio y para ello negocia con los bonistas una rebaja a cambio de acciones.