La viabilidad de General Motors se cuestiona tras perder 24.000 millones
GM anticipa que a la vista de los resultados con los que ha cerrado el año, su auditor cuestione la viabilidad de la automovilística. El veredicto llegará en marzo para una empresa que el año pasado perdió 30.900 millones de dólares (unos 24.217 millones de euros).
GM presentó ayer unos resultados que pasarán a la historia por ser los segundos peores en los 100 años que tiene esta automovilística. El fabricante del Cadillac, registró unas pérdidas anuales de 30.900 millones de dólares en 2008. El año anterior la tinta roja anotaba unas cifras más abultadas, 43.300 millones de dólares, (33.976 millones de euros) según la nota hecha pública ayer.
Los problemas se aceleraron el año pasado a medida en que pasaron los meses y los mercados estadounidense y europeo iban perdiendo fuelle. Ni siquiera Asia y Latinoamérica han jugado a favor de la empresa de Detroit.
En el cuarto trimestre, las pérdidas sumaron 9.600 millones de dólares (7.533 millones de euros) frente a los 1.500 millones (1.177 millones de euros) del mismo periodo del año anterior. Los ingresos fueron de 30.900 millones (24.246 millones de euros). La compañía quemó 6.200 millones de dólares en tres meses en los que empezó una reestructuración de sus operaciones y planificó fuertes recortes de producción.
Los auditores se manifestarán el mes que viene pero la propia compañía afirmaba ayer que era muy probable que planteen dudas sobre su futuro. 'GM y sus auditores deben determinar si hay dudas sustanciales sobre la continuidad de GM'.
Ante si, los auditores no tienen solo los resultados de un mal año. GM ha perdido unos 82.000 millones de dólares (64.500 millones de euros) en los últimos cuatro ejercicios y ha reducido su plantilla en 92.000 personas.
Desde la empresa no se han dado más detalles de las implicaciones de la posible calificación por parte del auditor pero es algo que previsiblemente planea sobre las conversaciones que mantienen con el Gobierno de EE UU y de otros países, a los que han pedido ayudas de Estado.
Ayer mismo, se reunió una delegación de altos ejecutivos de GM, presidida por el consejero delegado, Rick Wagoner, con el equipo ad hoc creado por la Casa Blanca para supervisar la ayuda a la industria de la automoción. Los responsables de este grupo del Gobierno son el secretario del Tesoro, Tim Geithner y el asesor económico del presidente, Larry Summers.
En la agenda de conversaciones, que no habían empezado a cierre de esta edición, figuraba de forma prominente el examen de la petición de unos préstamos por valor de 16.600 millones de dólares que la empresa considera esencial para evitar la suspensión de pagos.
En una conferencia telefónica con periodistas, el director financiero, Ray Young, dijo ayer que los ejecutivos de GM estaban en Washington para responder a preguntas sobre el avance del plan de viabilidad presentado la semana pasada. 'No están negociando nada, solo ofrecen más información'.
A la vista de las cifras presentadas ayer, Young no tuvo más remedio que admitir que el tercer trimestre había sido 'muy muy difícil' y advirtió que en el actual también se espera que se consuma buena parte de la liquidez del grupo.
La plantilla en Europa protesta contra los ajustes
La multinacional estadounidense tuvo que enfrentarse ayer a una manifestación masiva de los empleados tanto de Opel como los de Vauxhall y Saab para protestar por el previsto recorte de empleos. 'Los trabajadores de GM Europe están enviando un mensaje hoy: Opel no puede morir y no va a morir', afirmó Berthold Huber, el presidente del sindicato IG Metall en Rüsselsheim, cerca de Fráncfort, ante 15.000 manifestantes.En España, la mayoría de los empleados de los turnos de mañana y tarde de la planta que General Motors tiene en la localidad zaragozana de Figueruelas, unos 4.000 trabajadores, secundaron las protestas, informa Europa Press. Esta manifestación reivindicó la segregación de la filial europea de su matriz estadounidense como única alternativa para garantizar el empleo de todas las fábricas europeas. El presidente del comité de empresa, José Juan Arceiz, ha admitido que la segregación de GM Europa supondrá sacrificios para todas las plantas y trabajadores, pero enfatizó que esta medida es la única que podría evitar cierres de fábricas y despidos masivos.
Contra las ayudas
La opinión pública de EE UU no es receptiva a los problemas de sus automovilísticas. Según Gallup, el 72% de los americanos dice que no debe autorizar los préstamos por 21.000 millones que solicitan GM y Chrysler después de haber recibido 17.000 en 2008.