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Crónica de Manhattan
Crónica
Texto informativo con interpretación

El camino de Arnold

A consecuencia de las lluvias, la semana pasada se abrió un tremendo socavón en la autopista Interestatal 215, cerca de la localidad de Murrieta, en el condado de Los Ángeles. El agujero era de tal calibre que afectó a los carriles de los dos sentidos y el tráfico de la zona se convirtió en una pesadilla. Según algunos diarios de California, la portavoz del departamento de Transportes, Rose Melgoza, aseguró con tono estoico: 'Supongo que esta es otra cosa que también se complica'.

En California las cosas están muy complicadas y el agujero de la I-215 es toda una metáfora.

Después de semanas de negociaciones y varias jornadas de 46 horas desde el fin de semana anterior a éste, el Congreso del Golden State aprobó un presupuesto que cerraba el déficit previsto de 42.000 millones de dólares (32.480 millones de euros) mediante la receta de subir impuestos (12.500 millones de dólares, 9.666 millones de euros), reducir gastos en sanidad, educación, transporte público y justicia por un total de 14.800 millones (11.455 de euros). Además se ha incrementado el techo de la deuda y creado un fondo de reserva.

Llegar a este compromiso que no gusta a nadie ha sido una cuestión de necesidad. El Estado no puede tener déficit y California es uno de los que más está sufriendo la crisis, ya que, entre otras cosas, la caída del precio de la vivienda ha disparado los embargos como en pocos estados y disminuido su recaudación fiscal. No es casual que el primer pueblo que se declaró en suspensión de pagos fuera Vallejo, al norte de San Francisco.

El gobernador republicano, Arnold Schwarzenegger, que ha parado obras públicas y obligado a que la mayor parte de los empleados públicos trabajen dos días menos al mes, tuvo que emplearse a fondo para acabar con la larga crisis nacida de este presupuesto. Finalmente, pudo convencer a varios republicanos moderados para que dieran a los demócratas la mayoría suficiente con la que sacar adelante las cuentas.

La crisis de California es muy parecida a la de otros estados, pero singular a su vez, porque se trata de una economía de dos billones de dólares (una de las ocho primeras del mundo) y por las particularidades de un sistema sin igual por dos razones. Primero, porque en este estado se necesita la mayoría de dos tercios de las cámaras para aprobar el presupuesto y subidas de impuestos, algo que es tan fácil como cuadrar un círculo.

Además, los gobernantes tienen que aceptar un sistema que permite elevar a categoría de ley, a través de referenda, propuestas populares que normalmente destinan partidas presupuestarias intocables. Así, cuando hay crisis, los ajustes que se pueden hacer están muy limitados.

Schwarzenegger llegó al puesto en 2003 prometiendo que no subiría los impuestos, pero no ha podido. También lo hizo el anterior gobernador republicano, Pete Wilson, en los noventa. Es de esperar que el que venga a sustituirle no dé su palabra de nuevo.

De momento, una de las que opta hacerlo, Meg Whitman, la ex consejera delegada de Ebay, ha criticado la subida de impuestos de Schwarzenegger, aunque defendió la de Wilson. Quizá porque forma parte de su comité de campaña.

Este fin de semana se reunió el partido. En la preparación del encuentro se oyeron declaraciones duras contra Schwarzenegger y los republicanos que le han apoyado. Los republicanos están deseando decirles, ¡hasta la vista, babies!

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