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Un precedente para Guantánamo

El precedente, curiosamente, lo ha sentado un matrimonio irakí que prestó servicios a las fuerzas de ocupación de su país. El marido, un musulmán chiíta, trabajó para una empresa británica "encargada de la seguridad del transporte de personas desde el aeropuerto hasta la zona denominada verde", relata el fallo judicial. Él y su esposa, musulmana sunita, huyeron después de recibir amenazas de muerte por "colaboracionistas". E hicieron bien porque la amenaza no parecía baladí: un tío de la familia, que trabajaba para la misma empresa, fue asesinado por "las milicias", como llama el Tribunal a los autores del asesinato. A pesar de todo, Holanda denegó al matrimonio los permisos de residencia porque "no habían probado el riesgo real de amenazas graves e individuales al que, según ellos, se verían expuestos en su país de origen".

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