EE UU compromete hasta 1,55 billones para salvar a la banca
Tim Geithner anunció ayer los contornos de un plan, que puede costar hasta dos billones de dólares (1,55 billones de euros), para activar el mercado bancario. El secretario del Tesoro defraudó a los mercados al no presentar detalles, pero adelantó que los bancos tendrán que admitir el riesgo y el valor de lo que tienen en sus balances.
Compra de activos tóxicos a través de un fondo de inversión privado y público que haya podido determinar el precio de esos títulos ilíquidos. Inyecciones de capital. Una extensión hasta de un billón de dólares en el programa que ya tiene en marcha la Fed para descongestionar el mercado secundario de deuda y ayudas a los hipotecados por valor de 50.000 millones de dólares (38.900 millones de euros). Estas son las líneas maestras del plan de rescate del sistema financiero anunciado ayer por Geithner que, a priori, no obliga a pedir más dinero al Congreso, ya que se utilizará al capital privado y el balance de la Fed para financiarlo.
Según el secretario del Tesoro, el sistema financiero está funcionando en contra de la recuperación económica y necesita una respuesta 'comprensiva, determinada' y 'sostenida hasta que la recuperación esté firmemente establecida'. Pero ayer Geithner no ofreció una respuesta completa y dejó sin contestar las preguntas más delicadas y problemáticas sobre la puesta en marcha del plan. Eso deprimió a unos mercados que lo que si que entendieron es que se va a producir el esperado revés para los accionistas de la banca. El motivo es que el Tesoro quiere, como primera medida, que los balances de las entidades sean objeto de un examen detallado. Geithner tomó prestada una metáfora médica para decir que tendrán que pasar un 'examen de fuerza'.
Aunque no hay aún criterio de cómo hacer este examen y la valoración de los activos, el resultado pondrá de manifiesto la viabilidad de la banca. Es el momento de la verdad que revelará la profundidad de los problemas del sistema y dirigirá los esfuerzos de recapitalización a través de inyecciones a cuenta del TARP, el plan de ayuda a la banca dotado de 350.000 millones de dólares (272.200 millones de euros).
Ampliar la transparencia
Una vez que se haya dado el necesario paso de ampliar la transparencia sobre los balances se pondrá en marcha uno de los planes más ambiciosos del Tesoro. Es la creación de un fondo con capital público y privado, para comprar activos ilíquidos. El programa, que aún está por concretar, se parece al modelo de banco malo que se ha estado estudiando y podría gastarse en estas adquisiciones medio billón de dólares (389.000 millones de euros) que podrían ampliarse hasta el billón.
Geithner no dio pistas sobre cómo va a atraer al capital privado. Lo que si dijo en una entrevista con la cadena NBC es que no está 'preparado para pagar un sobreprecio por esos activos'.
Estos son la clave del problema que arrastra ahora la banca. La mayoría están ligados al mercado hipotecario y han ahuyentado a los inversores y limitado la concesión de préstamos.
La tercera pata del plan es apalancarse con la Fed al expandir el plan de compra de titulaciones de deuda en el mercado secundario que ya tiene en marcha la autoridad monetaria. En principio, este programa destinado a apoyar a créditos para automoción, estudiantes y tarjetas de crédito era de 200.000 millones (155.510 millones de euros) y ahora pasará a ser de un billón. Aún no tiene fecha.
El Tesoro y la Reserva Federal anticipan que la resolución de la crisis tomará tiempo
Una hora después de que el secretario del Tesoro anunciara ante los medios de comunicación el bastidor de lo que será el plan de rescate del sistema financiero, el Senado aprobó el proyecto de estímulo fiscal de Barack Obama con 61 votos a favor y 37 en contra. El plan, con un coste de 838.000 millones de dólares, se tiene que conciliar con el aprobado por la cámara baja para que pueda ser firmado por el presidente pero ni este programa ni el de Geithner darán soluciones inmediatas a los problemas de la economía de EE UU.Es algo que ya ha avisado el presidente, Barack Obama, y que ayer también recordaron el secretario del Tesoro y el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, quien testificó ayer ante el comité de servicios financieros de la cámara de Representantes.Geithner dijo que la estrategia que su departamento va a poner en marcha 'costará dinero, implicará toma de riesgos y tomará tiempo'. Pero desde su punto de vista no hay alternativa. 'El coste del colapso completo de nuestro sistema financiero es incalculable para las familias, las empresas y la nación'. Aunque Geithner dijo que su plan 'rediseña' el ya existente los analistas que son partidarios de una intervención más audaz (que pase por la nacionalización o una fórmula similar) lo consideran aún tímido y por tanto poco efectivo para su difícil misión.El presidente de la Fed, dijo ayer ante los legisladores que las nuevas herramientas para dinamizar el mercado secundario que ayer explicó Geithner estarán en marcha en unas semanas.Bernanke admitió que hubo mucha confusión cuando se decidió el destino de los 350.000 millones de dólares del TARP y que la Fed ha asumido una responsabilidad sistémica 'sustancial'.