Rajoy no se fía del presidente y le exige menos impuestos y cotizaciones
El pacto que Zapatero ofreció ayer a las fuerzas políticas para pilotar la reactivación no será posible con el PP. Su líder, Mariano Rajoy, reconoció que no se fía del presidente y, además, no comulga con su política económica. El resto de los partidos de oposición pusieron condiciones al Gobierno para arroparle en la recesión.
Rajoy dejó bien claro desde la tribuna del Congreso que el acuerdo con el PP para superar la crisis no será posible. Hay un problema de desconfianza que todo lo contamina. 'No tengo ninguna confianza en usted. ¿Qué ciudadano podría confiar en un Gobierno que se confiesa desbordado?', se preguntó el líder de los populares. En su opinión, lo que Zapatero le pidió ayer al país y a las fuerzas políticas no es ayuda. 'Lo que nos pide usted es la complicidad con una política que ha acreditado sus ruinosas consecuencias. No podemos ser cómplices de su ineficacia', abundó Rajoy, quien zarandeó al presidente con el desboque del paro, pero apenas aludió a los flancos más sensibles del discurso del presidente. A saber: una señal de austeridad que, a estas alturas del curso, puede parecer cuando menos equívoca y la remisión a los sindicatos de las decisiones últimas sobre política económica. Zapatero excluyó cualquier posibilidad de 'decisiones unilaterales' en el ámbito laboral.
Las recetas que expuso ayer Rajoy como política alternativa a la del Gobierno son similares a las que defiende CEOE en los últimos meses. El líder del PP considera que el Gobierno todavía está a tiempo de acortar o, al menos, suavizar los efectos de la recesión si baja los impuestos, reduce las cuotas que pagan los empresarios a la Seguridad Social y afronta con coraje reformas en el mercado laboral, el sector energético y el educativo.
La clave, insistió Rajoy, reside en restablecer la confianza de los ciudadanos y de los mercados financieros. Con la política del Gobierno, atacó, a nadie le puede sorprender que las agencias de rating rebajen la calificación de la deuda del Reino de España o que el diferencial con el bono alemán se haya incrementado en más de cien puntos básicos.
Oposición fuera de juego
El Grupo Popular siguió ayer con expectación la intervención de su líder en un momento especialmente delicado para el partido. Hace semanas que ni Rajoy ni sus colaboradores consiguen colocar los mensajes que desearían en los medios de comunicación, eclipsados por el escándalo del espionaje en la comunidad de Madrid y por la trama de presunta corrupción destapada por el juez Garzón en el noroeste madrileño. Zapatero no aludió en sus intervenciones a los problemas que sacuden el PP. Sí lo hizo en tono de reprimenda el portavoz de Convergència i Unió, Josep Antoni Durán i Lleida, convencido de que el Gobierno está jugando con ventaja durante esta crisis porque carece de un partido de oposición fuerte que le fiscalice. 'El PP está fuera de juego, se ha perdido en juegos internos peligrosos, alejados de aquello que la sociedad demanda', criticó Durán.
Es la misma frecuencia que sintoniza el resto de los grupos de oposición, como el PNV, que toman tantas distancias del Gobierno como del PP en el ámbito del debate económico. Esta circunstancia le resta fuerza a Mariano Rajoy en el Congreso, pues le impide ganar complicidades.
CiU reclama liquidez para las empresas y contratos flexibles
Las dificultades que encuentran las empresas para acceder al crédito y la traducción de estos problemas en términos de procedimientos concursales y pérdida de puestos de trabajo sirvieron al portavoz de CiU, Josep Antoni Durán i Lleida, para proponer al Gobierno un paquete de medidas económicas orientadas a reactivar la economía.CiU considera imprescindible la reducción de las cotizaciones a la Seguridad Social a las empresas que hayan mantenido el empleo durante el último año, bonificar las cotizaciones de los mayores de 50 años y crear la figura del contrato de apoyo a la creación de empleo, con mínimas cotizaciones sociales y flexibilidad para el despido.Los nacionalistas catalanes consideran también prioritario reformar el Instituto de Crédito Oficial para que las ayudas lleguen a empresas y familias, así como aplazar el pago de impuestos para que las pymes respiren.
El PNV demanda un observatorio permanente para seguir la crisis
La creación de un observatorio permanente para estudiar la evolución de la crisis económica y tomar decisiones en tiempo real puede ser una herramienta eficaz para superar las dificultades, defendió ayer el portavoz del Partido Nacionalista Vasco, Josu Erkoreka, convencido de que las comparecencias periódicas prometidas por Zapatero para rendir cuentas no le serán suficientes al Congreso para palpar la cruda realidad.De manera gráfica, Erkoreka le pidió al presidente del Gobierno que 'ponga orden en el gallinero' y 'coja de una vez el timón de la nave', para atajar la 'descoordinación interna' de su Ejecutivo a la hora de afrontar la crisis.Hubo grupos de la oposición que fueron mucho más allá. Fue el caso de la diputada Rosa Díez, partidaria de que Zapatero convoque elecciones anticipadas si se muestra incapaz de gestionar eficazmente la recesión.