UBS anuncia pérdidas de 13.000 millones en 2008 y prevé recuperarse en 2009
El mayor banco helvético, UBS, registró en 2008 su mayor pérdida histórica, 13.232 millones de euros, a causa de la crisis financiera internacional.
UBS, el mayor banco de Suiza y el más "intoxicado" de Europa por títulos insolventes comprados en Estados Unidos, registró en 2008 su peor resultado, unas pérdidas de 13.232 millones de euros, a causa de la crisis financiera internacional, pero anunció una rápida recuperación en el 2009.
El banco desveló hoy sus resultados anuales, así como los registrados en el cuarto trimestre, cuando el déficit alcanzó los 5.360 millones de euros, tras los 7.900 millones registrados en los nueve meses anteriores.
En el 2007, las pérdidas de la banca habían sido de 2.909 millones de euros, lo que suponía la primera vez que UBS registraba pérdidas en su decenio de existencia. Tras anunciar los resultados, el director del banco Marcel Rohner, repitió lo que el presidente del Consejo de Administración, Peter Kurer, había dicho poco antes: UBS será rentable este año.
La banca de negocios, donde se originó el cisma de UBS, comenzó bien el año, según Rohner, sin especificar montos, pero asegurando que este hecho es una clara señal positiva.
7.000 despidos desde que comenzó la crisis
De hecho, lo único que quedó claro hoy es que el banco va a suprimir 2.000 empleos suplementarios en esta sección, con lo que ya serán 7.000 los empleos erradicados en la banca de negocios desde que comenzó la crisis.
Pese al optimismo de sus directivos, los resultados de hoy mostraron que la pérdida de confianza de los clientes e inversores se tradujo el año pasado en amplias salidas netas de capital.
En el cuarto trimestre, alcanzaron los 38.480 millones de euros en la gestión de fortunas y 18.252 millones de euros en la gestión institucional. En la totalidad del año 2008, las salidas netas de capital se elevaron a 149.440 millones de euros. Ante la grave crisis en la que se sumió el banco, el Gobierno helvético aplicó a finales del 2008 un plan de rescate por valor de 44.994 millones de euros.
Ese plan de salvamento de UBS, que había invertido decenas de miles de millones de dólares en instrumentos de "créditos tóxicos" en EE UU, fue anunciado el pasado 16 de octubre.
Por él, el Banco Nacional Suizo (BNS) aceptó la transferencia de 39.706 millones de euros de activos "tóxicos" al fondo especial, mientras el Gobierno suizo se comprometió a inyectar 3.800 millones de euros a través de un préstamo de conversión obligatoria.
No obstante, hoy se conoció que la BNS adquirirá activos tóxicos por valor de 30.380 millones de euros, contra un máximo establecido inicialmente de 39.706 millones. La situación del banco, generada abiertamente por una mala gestión, levantó polvareda en la sociedad suiza, y especialmente, entre sus accionistas, que vieron como el valor del papel de UBS caía de 40 a 12 dólares.
El enfado disminuyó de forma relativa cuando, en la última asamblea extraordinaria, Kurer confirmó que sus predecesores habían devuelto unos 47.000 millones de euros de gratificaciones, y que se negociaba la restitución de otros 14.600 millones de euros.
Polémica por los bonus
La polémica resurgió hace unas semanas cuando UBS anunció que, a pesar de las pérdidas y del plan de rescate, debía distribuir bonos entre sus empleados. Finalmente, hoy se supo que la Autoridad de Vigilancia de los Mercados Financieros (FINMA, en sus siglas en francés) autorizó a UBS a redistribuir entre sus empleados 1.190 millones de euros en base a la remuneración variable del 2008.
La Autoridad ha argumentado que UBS se había comprometido con anterioridad a versar estas remuneraciones, por lo que estaba obligada a cumplir con ese compromiso. No obstante, la FINMA ha establecido condiciones más estrictas para este tipo de beneficios para el futuro.
El debate sobre la pertinencia de estas retribuciones copó los noticieros y las portadas de los diarios ante la estupefacción de muchos ciudadanos, que no entendían como el banco iba a distribuir beneficios cuando tuvo que ser salvado por el Estado con dinero público.