Argentina ultima un acuerdo con Marsans para acabar con el pleito de Aerolíneas
Marsans, el Gobierno argentino y el fabricante Airbus ultimaban ayer un pacto para lograr poner fin al conflicto con el grupo turístico español, al que se expropió Aerolíneas. El acuerdo se basa en la cesión de los derechos de Marsans sobre la compra de 40 aviones del fabricante, a cambio de una compensación de 150 millones.
El grupo turístico Marsans se mostraba ayer por la noche 'optimista' sobre una posible solución 'razonable' de su contencioso sobre Aerolíneas Argentinas, la compañía que compró a la empresa española SEPI en 2001 y que le ha sido expropiada por el Estado argentino el pasado año.
Durante todo el día los representantes de Marsans, contando con la mediación de personas de la administración española, mantuvieron conversaciones con representantes del Gobierno argentino que permanecen en España acompañando a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner en una visita oficial.
A media tarde se unieron a la reunión directivos de Airbus, el consorcio europeo de construcción de aviones, que se ha convertido en una pieza clave en la solución de este largo conflicto.
Airbus exige garantías al Gobierno argentino sobre los aviones
El acuerdo que se persigue consiste en lograr que Estado argentino, como nuevo propietario de Aerolíneas, asuma o adquiera los derechos que Marsans tienen sobre un pedido de unos 40 aviones nuevos de Airbus. Estos aparados fueron comprados por el presidente de la empresa española, Gonzalo Pascual, quien asumió la operación a título personal para después incorporar esta flota a la empresa de bandera argentina que entonces estaba bajo su control.
En realidad, el pedido que Marsans realizó a Airbus en 2007 fue de 73 aparatos por un importe aproximado de 6.100 millones. Los otros 33 aparatos incluidos en la compra tenían como destino ser utilizados por las compañías españolas Air Comet e Spanair (esta última entonces también estaba participada por la empresa de Pascual).
Con esta operación de cesión de derechos el grupo turístico español podría recuperar, según algunas fuentes, unos 150 millones de euros entregados como señal en aquella macrooperación de compra de aparatos a Airbus.
Hasta el año pasado la cesión a compañías terceras de los derechos conseguidos con la firma de pedidos de aviones previamente realizados era un negocio muy rentable dada la escasez de aparatos que había en el mercado. El dueño de Globalia, Juan José Hidalgo, consiguió plusvalías por más de 200 millones de euros con dos iniciativas de este tipo.
Ahora la demanda de aviones nuevos ha caído y existen muchas compañías que están dispuestas a ceder o necesitadas de renunciar a los compromisos que adquirieron en épocas de bonanza económica.
La presencia de Airbus en la reunión se justifica porque el fabricante europeo de aviones exige las garantías necesarias del Gobierno argentino para que avale la operación, ya que entienden que su acuerdo está firmado con Marsans y no con Aerolíneas. Si finalmente se alcanza un pacto entre las partes, Marsans se comprometería a retirar la demanda que interpuso contra el Estado argentino ante el Centro Internacional de Arreglos de Diferencias Relativas a Inversiones (Ciadi). A la vez conseguiría garantías de que los anteriores directivos de Aerolíneas no serán perseguidos por su gestión.
Aerolíneas Argentinas fue privatizada en 1990 y vendida a Iberia, que cedió años después su explotación a American Airlines, que a su vez la mantuvo únicamente durante un año, pasando a la Sociedad Española de Participaciones Industriales (SEPI) en 2000, y de ahí, en octubre de 2001, al grupo Marsans.
En una información que resulta contradictoria con el posible acuerdo entre Marsans y el Gobierno argentino, el ministro de Planificación Federal de Argentina, Julio de Vido, ha anunciado la compra de 12 aviones a la estadounidense Boeing para ser incorporados a la flota de Aerolíneas Argentinas. Esta operación no tendría el menor sentido si finalmente los 40 Airbus de Marsans son cedidos a la compañía austral. La coexistencia de flotas distintas para el mismo tipo de aviones se considera antieconómica.
La presidenta no se reunirá con Pascual
La presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, señaló ayer que no tiene previsto reunirse con los directivos del grupo Marsans, en relación al proceso de expropiación de Aerolíneas y Austral. Afirmó que dicho proceso se ha realizado 'en el marco de las instituciones' con el objetivo de garantizar el servicio público de dichas compañías.En una rueda de prensa conjunta con José Luis Rodríguez Zapatero, aseguró que la expropiación de Aerolíneas no fue 'buscada'. 'Tomé la decisión de llevar el asunto al Parlamento para dar continuidad a un servicio público esencial para los argentinos como es el de la conectividad aérea en un momento de gran intensidad'. Dijo también que desde la expropiación se ha llegado a un acuerdo con siete sindicatos que tienen un gran peso en la compañía.