Bomba de relojería para la moneda europea
Mientras la mayoría de los países del sur de Europa se las tienen que arreglar en la crisis con una carga de deudas mucho más elevada, Alemania está defendiéndose medianamente bien a título comparativo. Esto es una gran ventaja en la crisis.
En España, la pesadilla se ha hecho realidad: durante varios años, el boom de la construcción le reportó al país un auge rasante. Si incluimos a los proveedores, tan sólo el sector de la construcción facturaba casi una tercera parte del PIB. Ahora la recesión afecta con especial dureza al sector. Más de la mitad de todas las empresas que en 2008 se declararon insolventes estaban relacionadas con la construcción. En consecuencia, las perspectivas para 2009 son pésimas. El propio Gobierno cuenta con una caída del PIB de un 1,6%, mientras que el nuevo endeudamiento sobre el PIB podría seguir subiendo.
Puesto que S&P rebajó el rating de crédito de España, el Estado en un futuro también tendrá que pagar más por sus bonos. Las deudas estatales a largo plazo ya no obtienen la nota máxima AAA, sino sólo AA+. Tras esto se oculta no tanto la suposición de que España realmente ya no pagaría sus deudas, sino el cálculo de que la recesión resultará ahí más dura y durará más tiempo.