_
_
_
_
Fondos

Los asesores ponen la Bolsa en cuarentena

Las carteras propuestas contienen menos renta variable y más deuda privada.

Construir carteras de inversión no es tarea fácil cuando se tiene el viento en contra y el riesgo de huracán es mayúsculo. Los asesores financieros han de batallar en estos días con un escenario inversor muy complicado en el que son minoría los activos capaces de dar rendimientos, al menos en el corto plazo. Con una economía global en recesión y multitud de dudas en el aire sobre el momento y la calidad de la recuperación, las propuestas de los asesores son cautelosas y conservadoras. Refugios como la deuda pública siguen siendo válidos, aunque cada vez menos rentables. Gestión alternativa y renta fija privada se perfilan en estos momentos como el complemento adecuado para las carteras, en tanto que la recomendación para los más agresivos pasa por la renta variable estadounidense.

'El primero que cae es el primero que se levanta, lo que explica nuestra apuesta por la Bolsa de Estados Unidos. Además, su economía es más flexible con lo que será la primera en salir de la recesión', explica Félix López, director de Atlas Capital Gestión. Los asesores tienen muy presente que al menos la primera mitad del año no va a ser positiva para las Bolsas, con lo que por lo general mantienen una posición de cautela, al menos hasta que la Bolsa comience a descontar la recuperación económica, lo que suele suceder con unos meses de antelación. 'Nuestra visión para la renta variable junto con los activos de riesgo continúa siendo cauta y se refleja en una infraponderación de los activos de riesgo en las carteras', apuntan desde Deutsche Bank.

No obstante, los asesores recuerdan que existe un perfil de inversor, el más agresivo, que tiene una visión positiva para la Bolsa a largo plazo y para el que sí proponen una cartera con mayor peso de renta variable. 'En estas carteras hay que tener más peso de la renta variable porque es lo que quiere el cliente', señala Víctor Alvargonzález, director general de Profim, firma de asesoramiento en fondos. 'Pero nuestra visión a corto plazo es negativa para la Bolsa. Hasta que no veamos que se cumplan las condiciones para una subida sostenida de la Bolsa seguiremos infraponderados', añade.

La renta fija empresarial de elevada calidad se ha convertido en el activo de moda

De la misma opinión es Félix López. 'En las carteras más agresivas somos ahora más conservadores que antes. Creo que el primer semestre de 2009 puede ser muy complicado'. Basta con echar un vistazo a las carteras más aguerridas. Aunque hay presencia de renta variable, como no podía ser menos, es notable la ponderación de fondos de renta fija. Atlas Capital, por ejemplo, destina tan sólo un 35% de su cartera agresiva a fondos puros de Bolsa. Tressis, un 34%, Deutsche Bank, un 43%, e Inversis, un 40%. Tan sólo Banif y Abante proponen una ponderación elevada de Bolsa en las carteras más dinámicas, del 82% y del 78%, respectivamente. 'Pensamos que ésta es una oportunidad histórica para invertir en Bolsa', explica Marta Campello, directora de Abante Asesores. 'Lo peor en términos macroeconómicos aún no se ha visto, pero la Bolsa tiene que hacer un suelo antes o después', continúa.

En vista de que el rendimiento de la deuda pública ha caído mucho por la fuerte demanda de activos sin riesgo en los últimos meses, los asesores han puesto los ojos en la renta fija privada, la que emiten las empresas, y que se encamina a ser el activo de moda este año. Los argumentos son de peso: el mercado primario, el de emisiones, ha comenzado a abrirse. En lo que va de enero las compañías europeas han colocado bonos en el mercado por más de 18.000 millones de euros, en el que está siendo el mejor mes para este mercado desde el año 2003. 'Y no es sólo que se cubran las emisiones', comenta Félix López, 'sino que la demanda está siendo extraordinaria. Las emisiones se cubren en cuestión de horas'.

Sólo compañías de la más alta calidad

Los inversores perciben que hay valor en este mercado, aunque la demanda queda circunscrita a las empresas de la más alta calidad. Existe un nicho de valor en este activo, porque a raíz de la crisis financiera los diferenciales de los bonos empresariales con respecto a la deuda pública se han disparado, y muchas compañías de la más alta calidad presentan un rendimiento en el mercado que casi descuenta su quiebra.

'Están pagando justos por pecadores. El mercado refleja que empresas más solventes pueden tener problemas de financiación', subraya Víctor Alvargonzález. 'Los inversores se han puesto en lo peor, en que nos dirigimos al fin del mundo financiero'. Ahora bien, los asesores matizan que en este tipo de activos ahora es importante apostar por aquellos fondos que invierten en emisiones de calidad crediticia máxima.

Las carteras más agresivas, y en menor medida las conservadoras, se complementan con fondos de inversión alternativa con el objetivo de reducir la beta de las carteras, o lo que es lo mismo, las variaciones de las mismas ante variaciones de los mercados. Los asesores apuestan por fondos que aplican estrategias market neutral, es decir, que tratan de obtener rendimientos neutralizando los movimientos del mercado, así como por fondos que gestionan la volatilidad -disparada en los últimos meses- y por carteras que arbitran con divisas.

El dólar, en todo caso, es la divisa por la que apuestan los asesores, en virtud de una pronta recuperación de la economía estadounidense. No obstante, las carteras mantienen posiciones en activos americanos que cubren la exposición a la divisa hasta que el panorama económico sea más claro.

A estos productos hay que unir los fondos de autor. Aquellos que dan libertad al gestor para salir y entrar del mercado a su antojo y cuya rentabilidad depende de la pericia e intuición del profesional al frente a la cartera. Al riesgo de mercado, en este tipo de productos, hay que añadir el riesgo gestor, pero también puede aportar más rentabilidad que la que ofrece el mercado.

Los activos sin riesgo acaparan buena parte de las carteras propuestas, en mayor medida en las más conservadoras. Los fondos monetarios ganan peso, incluso a pesar de que los rendimientos esperados son cada vez menores, en virtud de las continuadas rebajas de tipos oficiales que están llevando a cabo los bancos centrales. Las Letras del Tesoro estadounidense han llegado a ofrecer una rentabilidad del 0%, aquejadas por una extraordinaria demanda de activos sin riesgo por parte de los inversores, así como por el descenso de los tipos de interés oficiales de EE UU hasta una horquilla entre el 0% y el 0,25%.

En España, el Tesoro adjudicó el pasado miércoles 1.836,7 millones de euros a un tipo marginal (el tipo máximo adjudicado) del 1,475%, cuando en la subasta anterior, en diciembre, fue del 2,16%. Los asesores son conscientes de ello, pero subrayan que es un activo que hay que tener en cartera, sobre todo en la más conservadora, como medida de disminución del riesgo. No obstante, la clave a la hora de elegir un monetario reside en optar por los que tengan la comisión más reducida, pues cuando los rendimientos son tan bajos, se corre el riesgo de que el fondo entre en pérdidas una vez descontadas las comisiones.

Las carteras más conservadoras tienen en estos momentos en torno a la mitad del patrimonio invertido en fondos monetarios. El resto se distribuye en otros fondos de renta fija, alternativos y, en algún caso, existe cierta exposición a la renta variable.

Como novedad, Deutsche Bank propone una cartera conservadora compuesta exclusivamente por fondos de gestión alternativa, que la entidad considera como más adecuados para la actual situación de mercado. 'Sin embargo, son fondos especiales que requieren un esfuerzo mayor para su comprensión por parte del cliente', matizan en el banco alemán.

Garantizados sí, pero sencillos y a corto plazo

El fondo garantizado debería ser el activo de referencia en momentos como el actual. Pero las condiciones para crear estructuras garantizadas (un bono que asegura el capital y una opción para exponerse al mercado) han empeorado. Por un lado, el rendimiento que ofrece la deuda ha caído, con lo que el capital disponible para invertir en la opción, una vez asegurado el capital, es menor. Por el otro, la volatilidad se ha disparado y ha encarecido el precio de las opciones.Los asesores creen que el garantizado puede ser una opción, pero matizan que hay que buscar productos sencillos, con rentabilidades reales, sin trucos, y con plazos cortos, en torno a un año.

Archivado En

_
_