¿Sobrevivirá Apple a la marcha de Jobs?
A todo aquel que se dedica a la gestión se le llena la boca cuando habla de que el verdadero éxito de las empresas radica en el trabajo en equipo. No hay ejecutivo que diga lo contrario. Está mal visto, además. Todos aseguran que el valor que aportan las personas en su conjunto es lo que importa y no el trabajo de los llaneros solitarios. Pues bien, este semana hemos podido comprobar que el gran éxito de una compañía como Apple recae sobre la espalda de una única persona, de su consejero delegado, Steve Jobs, que ha tenido que retirarse temporalmente debido a una grave enfermedad. Los rumores sobre la salud de este ejecutivo no cesaban en los últimos tiempos y la acción de la compañía se resentía por ello.
Los inversores estaban expectantes ante el futuro de Jobs, verdadero alma máter de la multinacional estadounidense y uno de los directivos más cotizados del mundo. Al día siguiente de anunciar su provisional retirada, tiene previsto regresar a la escena empresarial el próximo verano, la cotización del grupo en Wall Street cayó un 2,29%. Lo cierto es que el mercado ha estado atento a cada movimiento, gesto o palabra suya, después de conocerse hace tiempo sus problemas de salud, por lo que la decisión de retirarse parece la más acertada, aunque ahora la empresa tiene un gran problema. ¿Seguirán teniendo éxito los productos de Apple ahora que se sabe que en los próximos meses no van a llevar la firma de Jobs? Es lo que ocurre cuando las empresas crean estructuras que dependen únicamente de una persona. A la larga los liderazgos tan carismáticos son negativos porque la imagen y el futuro de una empresa no puede sostenerse sobre un solo líder. Apple pudo haber subsanado el error, ya que en 1985 despidió a Jobs, uno de los fundadores de la organización. Más tarde, el empresario montó la compañía NeXT, que en 1997 fue adquirida por Apple. Jobs regresó por la puerta grande como presidente. Está claro que todos los productos que lanza la empresa llevan el sello de este informático, pero también es cierto que la labor de todo gestor es repartir juego entre sus profesionales y no hacer que el protagonismo recaiga en una persona. Y en ese sentido, no ha hecho bien sus deberes. Difícil tarea tiene ahora Tim Cook, hasta ahora responsable de ventas y operaciones de Apple, que toma las riendas de la compañía. ¿Acabará con el protagonismo tipo Jobs?