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Petroleras

Sacyr negocia con la petrolera china Sinopec la venta del 20% de Repsol

Sacyr no tira la toalla. Ante el fracaso, aún sin formalizar, de las negociaciones para vender su 20% de Repsol a la rusa Lukoil, la constructora ha encontrado un sustituto en la mesa de negociación: la china Sinopec, uno de los mayores consorcios petroquímicos del coloso asiático, que cotiza en cuatro Bolsas internacionales. Sacyr pide a este consorcio, controlado por el Estado chino, el mismo precio que a Lukoil.

Sacyr negocia con la petrolera china Sinopec la venta del 20% de Repsol
Sacyr negocia con la petrolera china Sinopec la venta del 20% de Repsol

La constructora que preside Luis del Rivero, con la ayuda de Repsol, ha ido más allá en el espacio para lograr una solución a su situación financiera. Desinflada la operación de venta de su 20% en la petrolera española a la rusa Lukoil, cuyo fracaso nadie ha oficializado pero que el mercado da por hecho, Sacyr ha encontrado en China, según fuentes solventes conocedoras del proceso, un nuevo posible comprador para su participación: la Corporación Petroquímica de China (Sinopec).

En la constructora, primer accionista de Repsol tras La Caixa, no han querido hacer comentarios y, sin dar por muerta la venta a Lukoil, se limitan a explicar que la compañía analiza todas las alternativas a la operación, tanto la refinanciación de su deuda como la búsqueda de otros posibles compradores. Por su parte, en Repsol reconocen contactos con 'fondos soberanos árabes y asiáticos y una petrolera china' y no niegan que se trate de Sinopec, uno de los mayores consorcios chinos con una vasta cartera de negocios: exploración y producción de petróleo y gas; refino y comercialización (marketing); transporte de petróleo y gas; petroquímica y química, entre otros.

El coloso energético, cuyas acciones cotizan en cuatro Bolsas (las de Shanghai, Hong Kong, Londres y Nueva York), tiene una capitalización de 60.898 millones de euros y está controlado por el Estado chino en un 71%. El resto está en manos de bancos locales, fondos de inversión y pequeños inversores. Con más de 334.300 empleados en todo el mundo, una cifra de negocios de 134.000 millones de euros y unas reservas probadas de 4.079 millones de barriles, Sinopec figura entre las empresas más poderosas del mundo: es la decimosexta del ranking Fortune Global 500 de 2008 y la primera del Top 500 de China.

Fuentes próximas a Repsol aseguran Lukoil se retiró definitivamente de la operación tras conocer que La Caixa no iba a participar en la misma a petición del ministro de Industria, Miguel Sebastián. La entidad de ahorro, junto con la propia Repsol, tuvo un papel activo en las negociaciones con el grupo ruso ya que su intención era venderle también una parte de sus acciones en la petrolera española, en la que controla más del 14%. Las fuentes antes citadas le atribuyen también este mismo papel en el acercamiento al grupo chino.

Problemas de tipo político (la entrada de Lukoil fue rechazada por los partidos de la oposición e, incluso, por una parte de los miembros del Gobierno), pero sobre todo financieros, han dado al traste con la opción rusa. Sacyr, que solicitó un préstamo de 5.175 millones de euros para financiar su entrada en Repsol, pedía a Lukoil el mismo precio por acción que ella pagó por el paquete del 20% (26,7 euros), si bien, la rusa sólo ofreció 22 euros. Las acciones de la petrolera cerraron ayer a 15,60 euros, tras caer un 0,2% y las de Sacyr se situaron en 6,78 euros, tras un descenso del 3,1%.

Teniendo en cuenta que ese es el mismo precio que se pide a Sinopec, según fuentes próximas a la constructora, y dado el derrumbe de los precios internacionales del petróleo, fuentes empresariales consideran muy complicado que los chinos lleguen a un acuerdo para entrar en Repsol. Y máxime si es cierta la fama de las empresas de ese país asiático de que dilatan demasiado las negociaciones.

Lo que sí parece un hecho es el interés de Sinopec, que, según fuentes conocedoras del proceso, 'va a por todas'. Queda por ver, una vez más, la reacción del Gobierno y la de los partidos políticos de la oposición, así como la de la opinión pública española, ante la eventual entrada de un socio para Repsol, que esta vez no sería ruso, sino chino.

Los bancos no han dado carpetazo

Los principales acreedores de Sacyr (Santander, Caja Madrid y Citi) han negociado durante semanas una subrogación a Lukoil del préstamo de 5.175 millones que la constructora firmó para entrar en Repsol. Y, pese a que el mercado da por fracasada la operación, tanto Sacyr como la petrolera insisten en que sólo está 'congelada'. De hecho, aunque los bancos no se reúnen con los rusos desde antes de Navidades, fuentes financieras señalan que no han recibido orden de su cliente de dar carpetazo a unas conversaciones prácticamente bloqueadas desde que Lukoil redujera su oferta a 22 euros.Para desbloquear estas negociaciones; encontrar una salida airosa para el Gobierno y frenar a los pequeños accionistas de Repsol, que exigían una opa por el 100%, se buscó una solución que ha servido de poco: en lugar del 30% inicial se ofreció a Lukoil el 20%, una parte de Sacyr y otra de la Caixa. A la vista de que esta vía tampoco resolvía el problema que se pretendía superar con tan polémica operación (evitar la suspensión de pagos de la constructora, que arrastra una deuda de 18.200 millones), La Caixa se retiró de la operación y sólo se ofrecía el 20% de Sacyr. De nada han servido estos quiebros y la empresa que preside Luis del Rivero, con la ayuda de Repsol, ha lanzado sus redes hacia Asia y el norte de África, sondeando, entre otros, a fondos soberanos y a la china Sinopec. Sacyr tampoco descarta la refinanciación de su deuda con el sindicato de bancos como última alternativa.

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