Dirigentes turcos, búlgaros y eslovacos viajan a Moscú para solucionar la crisis del gas
Los primeros ministros de Eslovaquia, Robert Fico, Bulgaria, Sergei Stanishev, y el ministro de Energía de Turquía, Hilmi Güler, visitarán mañana Moscú para celebrar urgentes consultas sobre la crisis de gas, que ha dejado sin abastecimiento energético a los países del Este de Europa.
El primer ministro ruso, Vladimir Putin, habló hoy por teléfono con Stanishev y Fico para explicarles que Ucrania había impedido hoy la reanudación de los suministros de gas ruso a Europa, y que los tres decidieron reunirse en Moscú para celebrar consultas.
Putin dejó claro que pedirá a Eslovaquia y Bulgaria que presionen a Ucrania, al señalar que "es necesario que los países destinatarios de los suministros de gas ruso trabajen activamente con la dirección ucraniana".
El primer ministro ruso hizo estas declaraciones al reunirse ante las cámaras de televisión con el presidente del consorcio gasístico ruso Gazprom, Alexéi Miller, quien responsabilizó a Ucrania de haber obstruido la reanudación del tránsito de carburante a Europa.
Miller consideró "inconsistentes" las explicaciones de Kiev de que Gazprom pretendía reanudar el tránsito de gas a los Balcanes por una ruta distinta a la habitual, lo que alteraría el abastecimiento interno a cuatro regiones ucranianas.
La estación de bombeo rusa de Sudzha, desde la que Gazprom inició el bombeo de carburante, "es una estación destinada exclusivamente para exportaciones a los consumidores europeos", dijo.
El vicepresidente de Gazprom, Alexandr Medvédev, informó por su parte de que la compañía ya avisó a sus clientes europeos sobre la aparición de "circunstancias de fuerza mayor" que pueden obstruir la reanudación de las exportaciones por culpa del país de tránsito.
El jefe del Gobierno ruso aprovechó la situación para preguntarse sobre el estado técnico del sistema de gasoductos ucranianos y su capacidad de bombear gas y cumplir sus obligaciones de tránsito.
Serguéi Kupriánov, portavoz de Gazprom, afirmó a su vez que Kiev pide 140 millones de metros cúbicos de gas para elevar la presión en las tuberías y garantizar el tránsito a Europa, lo que significaría que Ucrania "ha robado" todo el carburante que tenía en sus gasoductos cuando Rusia cortó los suministros el 7 de enero.