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La opinión del experto

La inflación ya no es un problema

Que la inflación no sea un problema, no significa que se deban olvidar las reformas estructurales en algunos casos ya diseñadas para reducir la subyacente. Reformas que en España se centran en el sector servicios, aumentando su competencia. Recordad como la inflación de este sector cerró noviembre en el 4% frente al 2,4% de la inflación total. ¿Falta de competencia? Sin duda. Sólo debemos considerar la inflación anual del 0,6 % en un sector abierto a la competencia exterior como el manufacturero. El resto de los componentes también se han mantenido hasta noviembre muy por debajo del sector servicios: alimentos elaborados del 3,6%, del 2,5% para los alimentos sin elaborar y negativa del 0,2% para los productos energéticos.

Sí, la inflación ahora no es un problema. En España el IPC de diciembre ha sido mucho más baja de lo esperado, hasta el 1,5% (el mercado esperaba una moderación hasta el 2,0%). De confirmarse esta aproximación realizada por el INE, estaríamos hablando del menor nivel de inflación de los diez últimos años. La crisis económica, su intensidad, explicaría en una gran parte esta diferencia. Pero, pese a todo, manteniendo un diferencial positivo de 0,4/0,5 puntos frente a la inflación de Alemania del mismo mes. Y es que la inflación ha dejado de ser un problema a nivel global. Pero esto no significa que debamos considerar que la preocupación ahora es la deflación. Aunque, por si acaso, los bancos centrales deben seguir siendo agresivos para superar este riesgo.

Es difícil discriminar entre objetivos para explicar la agresiva actuación reciente de los bancos centrales: reducir la volatilidad de los mercados, reducir el riesgo de una crisis sistémica en la banca, combatir la aversión al riesgo de los inversores y contrarrestar las expectativas de deflación. La política monetaria tiene aún margen de actuación. Y no sólo con respecto a tipos de interés más bajos. La Fed está tomando la delantera a Europa en este sentido.

El escenario para los próximos meses es más bien de continuidad en la desinflación, más o menos rápido en función de la duración del deterioro económico y el éxito logrado en los cuatro objetivos anteriores. A finales del segundo trimestre podríamos ver incluso datos negativos en el crecimiento de los precios, aunque debería ser temporal. En España podríamos cerrar 2009 con una inflación cercana al objetivo de medio plazo del 2,0%, de nuevo por encima del 1,3% que esperamos para la zona euro.

¿Una situación deseable? La estabilidad de la inflación en niveles bajos siempre es deseable. Especialmente si los niveles bajos son coherentes con el nivel considerado de equilibrio a medio plazo. Pero es también claro que hay presiones deflacionistas en el horizonte. Me refiero a la posibilidad de deflación importada desde los países emergentes, con China a la cabeza. La evolución de los salarios, factor de preocupación del BCE en la primera mitad de 2009, se enfrenta ahora a un fuerte deterioro previsto en el mercado de trabajo. Más allá de una coyuntura negativa, con un modelo de crecimiento estructural agotado en España. La estabilidad en niveles bajos de los precios de las materias primas tampoco ayudará a una recuperación sostenida de las expectativas de inflación. Decididamente, la inflación ha dejado de ser un problema en estos momentos. ¿Y a largo plazo? Veremos.

José Luis Martínez Campuzano. Estratega en España de Citi

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