Ahora le toca a España mover ficha
Es posible que British Airways sea la línea aérea favorita del mundo. Pero, ciertamente, no es la mayor del mundo. æpermil;sa es la principal razón por la que las conversaciones de fusión con Qantas han fracasado. En verdad, las complicaciones técnicas de una fusión de una compañía británica con otra de las antípodas hubieran sido horrorosas. Aún sigue existiendo la posibilidad de que, algún día, se llegue a un acuerdo con Iberia, con American Airlines o quizás con un caballero blanco que vaya al rescate de Air Lingus de Ryanair, e incluso de que surja una estratégica apuesta por Alitalia. (...).
Las sinergias de una fusión entre BA e Iberia podrían llegar a totalizar 400 millones de libras al año. Lo cual es más del doble de lo que hubiera significado la fusión con Qantas (...). Por lo tanto, lo mejor por ahora es volver a la mesa de dibujo para la consolidación global de las aerolíneas. Qantas puede perseguir acuerdos en Asia.
Mientras tanto, Willie Walsh, director ejecutivo de BA, tiene una amplia gama de opciones. Todavía queda la posibilidad de un acuerdo con Iberia, una combinación con American Airlines, quizá Aer Lingus de Ryanair, incluso algún juego estratégico en Alitalia.