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Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Invertir, ni más ni menos

Corren tiempos difíciles para el ahorrador de a pie. Más que nada, porque con la que está cayendo el valor del dinero a día de hoy es escaso. La semana ha sido prolija en actuaciones de política monetaria encaminadas a espolear la maltrecha actividad económica.

La Reserva Federal de Estados Unidos sorprendió al mercado el martes con una rebaja de tipos histórica, que ha dejado el tipo de descuento prácticamente a cero. O lo que es lo mismo: en Estados Unidos, ahora mismo, el dinero se regala. Igual que en Japón, por cierto, porque el viernes pasado el banco central de la segunda economía del mundo dejó los tipos en el 0,1%, o sea, nada.

A la espera de previsibles movimientos a la baja en los tipos europeos, el Banco Central de la zona euro también ha rebajado el tipo de las facilidades de depósito del 2% al 1,5%. Es decir, que ha disminuido el interés con el que remunera a los bancos que depositan su dinero en la autoridad monetaria. Todo por impulsar la actividad y forzar a las entidades financieras a que pongan el dinero a trabajar; que comiencen a dar créditos a empresas y familias. En estas circunstancias, al ahorrador más precavido lo mismo le da tener el dinero en el banco que debajo del colchón, porque los rendimientos cada vez son más exiguos.

La banca ha aprovechado la última etapa de tipos relativamente altos para fortalecer su balance con el dinero de los ahorradores. Las altas cotas alcanzadas por el euríbor ha permitido a las entidades ofrecer atractivos rendimientos por los depósitos. Pero a medida que desciendan los tipos y el índice interbancario se relaje, la remuneración del pasivo irá mermando.

Con las mismas, la renta fija a corto plazo, las Letras del Tesoro, el activo sin riesgo por excelencia, rinde cada vez menos, afectada por la enorme demanda recibida y el descenso de los tipos de interés. Vale que los tiempos no están para aventuras. Pero tarde o temprano, habrá que poner a trabajar al dinero para que ofrezca algún rendimiento. Y eso significa invertir, ni más ni menos.

Miguel Rodríguez. Jefe de mercados

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