La CMT impulsa la telefonía IP al eliminar las barreras legales
Fuera restricciones o limitaciones que tienen como efecto primar una tecnología sobre otra. A partir de ahora, la voz sobre IP competirá en igualdad de condiciones con la telefonía tradicional. La CMT le ha dado el espaldarazo definitivo al obligar a Telefónica a tener una oferta mayorista para que sus rivales puedan revenderla.
La voz sobre IP ya no es lo que era. La imagen de una persona pegada al ordenador para obtener una comunicación muy barata, pero de escasa calidad, es historia. De hecho, es posible que algunos usuarios de telefonía fija estén usando tecnología IP sin saberlo, puesto que operadores españoles como Orange y Yacom han comenzado a apostar por ella. El servicio es muy parecido al tradicional y la calidad se le va acercando, mientras que todo el aspecto exterior -se habla desde un teléfono tradicional- es idéntico. La única diferencia con la forma más tradicional de comunicarse es que la voz no va por la red convencional telefónica de toda la vida, sino que lo hace por la red internet.
Pero hay otra distinción: el precio. La voz sobre IP es mucho más barata, tanto para quien da el servicio como para el que lo usa. Por eso, para Telefónica se ha considerado siempre una amenaza para los ingresos recurrentes y seguros que consigue con su red nacional de telefonía básica.
Hasta el momento, la amenaza no ha llegado a materializarse, ya que la telefonía IP sigue siendo minoritaria en España. Ahora, la situación puede cambiar. La Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT) aprobó en su consejo de la semana pasada una nueva regulación que elimina las trabas que pendían sobre la voz sobre internet.
A partir de ahora, Telefónica tendrá que poner a disposición de sus rivales una oferta mayorista de este tipo de telefonía. Esto es lo que sucede con la voz tradicional, así que la nueva norma permite que la telefonía sobre IP compita de igual a igual. Y eso es algo que no podía hacer anteriormente, ya que Telefónica sólo estaba obligada a dar a sus rivales voz sobre IP como un producto complementario en ofertas de banda ancha, nunca por separado.
Con la nueva norma, el público objetivo al que vender la telefonía sobre internet ya no es sólo el minoritario que compra banda ancha, sino toda la población. Además, los operadores podrán ofertarla allí donde no tienen cobertura de red, no como hasta ahora.
El efecto que la medida de la CMT tendrá sobre la telefonía fija dependerá del precio que se ponga a la oferta mayorista de Telefónica. El regulador asegura que estará 'orientado a costes', pero todavía se desconoce la cuantía. Una tarifa muy barata podría relegar la voz sobre la red convencional, ya que pocos rivales comprarán a Telefónica un producto más caro cuando pueden adquirir uno más barato. A la vez, la competencia de los rivales obligaría a Telefónica a cambiarse de tecnología.
Eso no significa, sin embargo, que la red convencional quede obsoleta. Determinados clientes siempre van a requerir la mejor calidad de la telefonía fija tradicional. En cualquier caso, el proceso se augura largo. La CMT sólo ha abierto la primera puerta.
Menos calidad, pero a un precio mucho más reducido
Los defensores de la voz tradicional dicen que nunca morirá; que sucederá como con otras tecnologías, que no han sido sustituidas por la siguiente generación, sino que conviven con ella. A cada cliente, se le dará lo que demande y siempre habrá peticiones de un servicio de telefonía fija de calidad y sin interrupciones.Y es que, uno de los problemas de la telefonía IP es que depende de la electricidad, así que cuando se va la luz también se pierde el teléfono. Pero quizá el mayor problema es que la red IP sufre microcortes de los que los usuarios no son conscientes cuando navegan, pero que en una comunicación telefónica implican la interrupción de la llamada. ¿Su ventaja? El precio.