Bush llega a Afganistán en visita sorpresa
El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, ha viajado por sorpresa esta madrugada a Afganistán en una visita que será la última antes de abandonar su cargo en enero, con el objetivo de ver a los soldados estadounidenses desplegados en el país y reunirse con su homólogo Hamid Karzai.
En un discurso ante las tropas en la base aérea de Bagram, a las afueras de Kabul, Bush ha asegurado que Afganistán ha experimentado un "progreso indudable" y que las condiciones del país asiático en estos momentos son "incuestionablemente mejores" desde la llegada de las tropas.
"Orgullosamente, las tropas estadounidenses liberaron al pueblo de Afganistán. Los talibanes trataban brutalmente al pueblo de Afganistán y no están en el poder. El progreso es indudable", ha destacado Bush en una rueda de prensa en Kabul junto su homólogo afgano, Hamid Karzai, aludiendo a la invasión que acabó con el régimen talibán en 2001. Sin embargo, el líder estadounidense ha reconocido que todavía están por venir "días difíciles" en Afganistán, donde su sucesor en la Casa Blanca, Barack Obama, se propone aumentar la presencia militar.
Aparte de su encuentro con Karzai, el presidente estadounidense se ha reunido con el jefe de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF), el general estadounidense David McKiernan. Horas antes, a bordo del avión presidencial de camino a Kabul, Bush ha declarado: "Quiero estar en Afganistán para dar las gracias al presidente Karzai y hacer saber al pueblo afgano que Estados Unidos está con él".
Zapatazo
Bush se ha desplazado a Kabul desde Irak, adonde viajó también por sorpresa este domingo para despedirse de las tropas estadounidenses en este país y entrevistarse con el presidente del país, Yalal Talabani, y el primer ministro Nuri al Maliki, en una visita que estuvo marcada por la agresión de un reportero iraquí que le lanzó unos zapatos a la vez que le gritaba: "¡Toma tu beso de despedida, pedazo de perro!".
El mandatario estaba hablando a los periodistas junto Al Maliki cuando se produjo el incidente. El autor de la agresión, un reportero de televisión, se levantó repentinamente durante la comparecencia de los dos dirigentes ante los medios y lanzó uno de sus zapatos, que pasó sobre la cabeza del presidente estadounidense.
Pocos segundos después arrojó un segundo zapato, que tampoco logró impactar contra ninguno de los dos dirigentes, que se miraban perplejos a la espera de que los agentes de seguridad desalojaran al autor de los hechos del despacho de Maliki, lugar donde se desarrollaba la conferencia de prensa.
Bush, que enseguida esbozó media sonrisa, explicó después que no se había sentido amenazado "en lo más mínimo". "No me ha molestado", zanjó el dirigente estadounidense al ser preguntado poco después por el resto de los periodistas, a pesar de la palabra perro es considerada un grave insulto entre los árabes.
Además, la visita de Bush por la región coincide con la redacción de un estudio oficial que destapa la manipulación de los informes sobre la reconstrucción de Irak y el derroche en el gasto de 75.000 millones de dólares para llevarla a cabo.