Santander se instala en Bruselas para presionar contra las ayudas públicas
Santander ha decidido hacer valer ante la UE el haberse convertido en el primer banco de la zona euro. A través de su nueva oficina de asuntos corporativos abierta en Bruselas se quiere convertir en interlocutor de referencia del sector bancario español ante los organismos legislativos europeos financieros, junto a la AEB.
La crisis financiera que se inició hace casi un año y medio ha dado un vuelco a la banca europea. Los gigantes tradicionales del sector han dejado de ser los protagonistas del continente para convertirse en las principales víctimas por sus elevados riesgos y falta de liquidez. La banca española es, hasta ahora, la única que se ha salvado de la criba y no ha necesitado, de momento, ayudas públicas para su recapitalización. Esto le ha servido de revulsivo para intentar presionar ante las autoridades europeas y defender sus intereses ante la CE a la hora de legislar.
Santander es, en estos momentos, el banco más activo en presionar a la UE para evitar las distorsiones que puede representar para la competencia la inyección de capital público en bancos. Considera que debe ser una medida temporal, algo que ya ha pedido a la CE.
Varios expertos consultados destacan la necesidad de tener presencia física en Bruselas para poder presionar ante las autoridades comunitarias. Y como ejemplo para el sector financiero todos coinciden en señalar al alemán Deutsche Bank como el más activo en hacer lobby ante la UE, algo que en España no es una función reconocida jurídicamente pero que en Bruselas sí. Tras comprobar la efectividad de las funciones de presión ante la UE, Santander ha decidido también implantar una oficina en Bruselas dedicada única y exclusivamente a labores de lobby.
El banco baraja la posibilidad de darse de alta en el registro de lobbies existente en Bruselas
El grupo que preside Emilio Botín ha aprovechado la crisis financiera para crear esta sucursal, con una sola labor: hacer de puente entre el banco y la Comisión Europea o con aquellos agentes sociales, económicos o políticos con influencias para presionar ante los comités financiero legislativos europeos.
La oficina, aunque abierta en mayo, tuvo su presentación en sociedad el pasado 2 de diciembre. En ella se celebró una cena en la que se dieron cita más de una veintena de miembros tanto de la CE, como Víctor Gaspar, Nadia Calviño (directora general adjunta de competencia de la CE), eurodiputados como Antolín Sánchez Presedo y José Manuel García Margallo, de la AEB, como Julio Durán, o Sabino Fornies Martínez, miembro del gabinete de Joaquín Almunia, del mercado financiero y entidades de crédito de la CE.
Este acto estuvo presidido por Alfredo Sáenz, consejero delegado de Santander, y que ocupa la presidencia del comité de Public Policy del banco (comité de dirección que trata los asuntos que tienen que ver con políticas públicas y legislaciones que afectan al sector financiero). Esta oficina es, por ello, el enlace entre este comité y Bruselas, con Antonio García del Riego como coordinador entre el grupo en España y la CE. El comité se dedica a identificar los temas legislativos que interesan y fija posiciones sobre lo que se debe defender en interés del banco y del sector. Está en contacto con la AEB y la Federación Bancaria Europea.
BBVA tiene una oficina en Bruselas, pero su modelo es diferente. Hace banca institucional a la vez que es el contacto con la CE.
El FMI destaca la salud del sistema español
El Fondo Monetario Internacional (FMI) considera que los grandes bancos españoles han resistido bien, hasta ahora, de las turbulencias financieras y se encuentran en una posición 'más fuerte' que la de sus competidores de otros países, según explicó la misión de expertos del FMI tras una visita a Madrid. Destaca la 'sólida supervisión y regulación prudencial', del Banco de España, así como su 'sólido modelo tradicional de banca al por menor'. También destaca las provisiones anticíclicas. Como talón de Aquiles señala la fuerte dependencia de la banca española del mercado mayorista y la subida de la morosidad.