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Crisis económica mundial

Lula se siente como un Don Quijote que pregona el optimismo frente a la crisis

"Como un Don Quijote", "solo" en la tarea de "pregonar el optimismo" frente a la crisis mundial. Así ha declarado que se siente el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, que insistió que su país no va a quebrar.

El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da SilvaReuters

"Pregonar el optimismo es una cosa muy práctica, porque hace que el sistema gire", afirmó el mandatario brasileño, que insistió en que Brasil, a diferencia de otras crisis, "no ha quebrado, ni va a quebrar". Además, aseguró: "En época de crisis, no nos acobardamos. Cuanta más crisis, más inversiones vamos a hacer porque eso va a crear empleo y renta", dijo Lula, en una ceremonia celebrada en Río de Janeiro con empresarios del sector audiovisual.

Lula comentó que el sistema financiero del país es "sólido" y que no ha sido afectado por la crisis de las hipotecas de alto riesgo originado en Estados Unidos y recordó que la economía brasileña está "creciendo".

Indicadores sobre el enfriamiento de la economía

A pesar del optimismo oficialista, Brasil está acumulando indicadores negativos que señalan a un enfriamiento de la actividad económica, con recorte de exportaciones y del consumo interno. Según datos divulgados hoy por la mayor patronal industrial, la actividad de la industria brasileña registró en octubre resultados negativos en la facturación, en las horas trabajadas y en el uso de capacidad instalada.

Las cifras que ofreció la Confederación Nacional de Industria (CNI) confirmaron una serie de indicios de desaceleración como recientes anuncios de vacaciones colectivas en el sector minero y siderúrgico y despidos en el sector automotriz.

Otro efecto de la crisis, la acentuada depreciación del real frente al dólar, ya ha consumido 49.500 millones de dólares de las reservas internacionales de Brasil en los últimos meses para intentar contener la caída de la divisa, hizo saber hoy el presidente del Banco Central, Henrique Meirelles. Desde el 1 de septiembre el real ha sufrido una desvalorización del 50,5%. El dólar pasó de ser vendido a 1,644 reales hace tres meses hasta los 2,475 reales a los que cerró hoy.

Este escenario podría llevar al país a crecer a tasas inferiores al tres por ciento en 2009, según considera un centenar de instituciones financieras que opinó en la encuesta del Banco Central, que arrojó estas desalentadoras cifras el pasado lunes.

Las previsiones iniciales del Gobierno brasileño para el año que viene reflejaban una tasa de crecimiento del 4,5%, aunque ahora el Ejecutivo está manejando revisar esa cifra a la baja, de cara a la publicación de los Presupuestos, aunque siempre por encima del tres por ciento, según palabras del ministro de Hacienda, Guido Mántega.

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