Telefónica luce en Bruselas sus galones de liderazgo mundial
La operadora redobla su presencia en la capital europea tras sus desencuentros con la Comisión.
Ni el barrio europeo de Bruselas, aburrida concentración de los edificios de la Unión Europea, ni el centro de la capital belga, ocupado por turistas. Telefónica eligió ayer para lucir en Europa sus galones de modernidad y 'espíritu de progreso' uno de los centros neurálgicos de la modesta, pero matona, movida bruselense.
Y en una ciudad saturada de eventos públicos y privados, la operadora presidida por César Alierta logró atraer hasta la antigua Casa de la Radio a casi 400 personas para debatir sobre la internacionalización de las empresas europeas y sus posibilidades de éxito ante la emergencia de países como China o Rusia.
El propio escenario, un edificio modernista que se ha convertido en punto de encuentro inevitable para los funcionarios y ejecutivos más jóvenes y agresivos de la capital comunitaria, refleja bien la rotundidad con la que Telefónica quiere pisar en Europa.
La conferencia de ayer se suma a otros movimientos recientes de la compañía para reafirmar su presencia en la capital comunitaria
'Hace cuatro años nuestra presencia en Europa se reducía a España', recordó Alierta en la apertura de la conferencia, y añadió: 'Ahora operamos también en Reino Unido, Alemania, la República Checa, Eslovaquia, Irlanda, además de tener participaciones en Portugal Telecom y Telecom Italia'. 'Nunca hubiera imaginado hace 50 años que Telefónica podía llegar a este nivel', confesó el comisario europeo de Asuntos Económicos, Joaquín Almunia, tras presenciar un vídeo sobre la compañía con imágenes que saltan de Madrid a Río de Janeiro pasando por Florencia.
A pesar de su envergadura, o precisamente por ella, la multinacional española ha sufrido varios encontronazos con la Comisión Europea. El año pasado, Bruselas le impuso una multa de 151 millones de euros por abuso de posición dominante en el servicio de banda ancha. Y este año, la CE cuestiona, por considerarlas demasiado benévolas, las condiciones que la CMT quiere imponer a Telefónica para el despliegue de las nuevas redes de fibra óptica.
Pero la operadora parece dispuesta a pasar página ahora que llegan a su fin los mandatos de las comisarias de Sociedad de la Información, Viviane Reding, y de Competencia, Nelie Kroes, con las que ha tenido los mayores desencuentros. 'El año que viene debe comenzar su mandato un nuevo Parlamento y una nueva Comisión', subrayó Alierta. Y se ofreció a colaborar con los legisladores europeos porque 'deseamos ser parte de la solución y contamos con una singladura récord en nuestro papel de socios de la UE'.
La conferencia de ayer se suma a otros movimientos recientes de Telefónica para reafirmar su presencia en Bruselas. En julio fue la primera compañía que se inscribió en el registro de grupos de interés o lobbies abierto por la Comisión Europea. Y acaba de reforzar su área de comunicación en Bruselas, donde ya cuenta con G-Plus, uno de los gabinetes más prestigiosos de la capital europea.
Aún así, la compañía no logró que Reding asistiera ayer al acto, al parecer por problemas de agenda. La cita sirvió, en cambio, para que Eduardo Zaplana, representante de Telefónica para Europa desde hace ocho meses, se dejara ver en Bruselas.