La construcción del rascacielos más alto de Europa, paralizada por culpa de la crisis
La construcción de la torre Rusia, diseñada por el arquitecto británico Norman Foster y que será el rascacielos más alto del continente europeo y el segundo del mundo con 612 metros de altura, ha sido paralizada por la crisis financiera, según ha anunciado la inmobiliaria Russian Land, encargada de realizar el proyecto.
Las restricciones al crédito y las elevadas tasas de interés son las razones esgrimidas por la compañía responsable de un proyecto llamado a ser el símbolo del renacimiento económico de Rusia en pleno centro financiero internacional de la capital, Moscow-City, donde está ubicado el rascacielos. Sin embargo, también afronta algunos problemas jurídicos, aunque sus promotores no ponen en duda que el edificio se acabará.
"El proyecto ha sido congelado. Hemos tomado esa decisión", ha asegurado el presidente de Russian Land, Shalva Chiguirinski, cuya compañía también se ha visto obligada a suspender hasta nuevo aviso otro de sus proyectos emblemáticos, el rascacielos Cristal en la ciudad de Janti-Mansiisk, en el norte del país. Ambos proyectos superan los 3.000 millones de euros (2.370 millones de euros), según cálculos que hoy publica el diario ruso RBC Daily.
El periódico recuerda en este sentido que Chiguirinski se ha visto obligado a vender varias obras inconclusas a causa de los problemas de financiación y a diluir el calendario de otros proyectos, así como llevar a cabo los tan habituales en estos tiempos recortes de personal.
Foster quería una torre de 1.000 metros
La torre Rusia, cuya construcción debía concluir en 2012 con un coste de 1.500 millones de dólares, será, con sus 612 metros y 130 plantas, el edificio más alto del continente europeo y el segundo del mundo. No obstante, Foster quería construir un rascacielos de 1.000 metros de altura, pero el alcalde de Moscú, Yuri Luzhkov, se negó, según informó el año pasado la prensa rusa. Por esa razón, la torre, que tendrá forma de pirámide, no superará al Burj de Dubai, edificio de 807 metros, actualmente en construcción.
El rascacielos ruso, que tendrá medio millón de metros cuadrados de superficie, constará de hotel, centro comercial, salones de belleza, instalaciones deportivas, parque de atracciones, piscina y un garaje con casi 4.000 plazas, entre otras cosas. Entre las obras de Foster, uno de los arquitectos más cotizados del mundo, destacan la Torre de Collserola de telecomunicaciones, de 288 metros, construida en Barcelona con motivo de los Juegos Olímpicos de Verano 1992, y el edificio del Kommerzbank en Francfort, de 299 metros de altura.
El barrio conocido como la Moscow City (60 hectáreas), que se encuentra a orillas del río Moscova, albergará 15 rascacielos de distinta altura, lo que ha dado pie a los habitantes de la capital a bautizarlo como el Manhattan moscovita. El plan de desarrollo arquitectónico de Moscú, ciudad de doce millones de habitantes que en la actualidad tiene ocho edificios superiores a los 200 metros de altura, prevé construir para 2015 un total de 200 rascacielos.