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Diario de a bordo

En límites muy peligrosos

El mercado, en un momento clave.

Según cuenta el profesor José Antonio Marina, en los 50 hubo una plaga de ratas en los arrozales chinos. El gobierno quería luchar contra ella, pero en un territorio tan extenso resultaba prohibitiva una campaña de desratización. Tras mucho discutir se llegó a una conclusión. El pueblo chino era muy numeroso, más de 1.000 millones, así que si cada chino mataba a unas pocas ratas el problema podría quedar resuelto. Dicho eso, se fijó un presupuesto para dar una pequeña cantidad en metálico por las ratas muertas que cada uno pudiera presentar. El plan parecía perfecto, pero no funcionó.

Muchos de los chinos que cultivaban arroz vieron que les salía más rentable dejar de cultivar arroz y criar ratas en jaulas para matarlas y pedir la recompensa. Como dice Marina: 'No tenían que estar preocupados ni por el agua, ni por el tiempo, ni por las plagas, ¡ni por las ratas!'.

A soluciones claras y sencillas, consecuencias imprevistas. Algo así les pasa a los gobernantes mundiales intentando calmar los mercados. Pero no lo consiguen. Las medidas han sido enormes, y podría pasar como en la anécdota, que tuvieran consecuencias futuras impensables y quizá nada positivas. Cualquier cosa que se intente no calma a las Bolsas, al menos a corto plazo.

Se ha llegado a un límite peligroso. La noticia de la jornada es el nivel de soportes al que ha llegado el futuro del S&P 500, el indicador más seguido por las manos fuertes en todo el mundo.

Como se ve más arriba, se ha formado una figura de doble techo en el gráfico de largo plazo. En las dos subidas anteriores, previas a las dos crisis, se llegó al mismo nivel, y desde ahí se ha ido bajando hasta rebasar ahora la línea clavicular formada a la altura del punto de inflexión anterior que se dio en el 2002. Esta semana el futuro del S&P 500 ha tocado mínimos de 1997. Mal asunto si se confirma la pérdida de soportes.

La clave por supuesto es 'si se confirma'. Estamos hablando de un supersoporte mayor de largo plazo, y hay que asegurarse muy bien de que la ruptura se produce.

Pero en una tendencia bajista de 10 grados en la escala de terremotos de Richter, como es ésta, todo va muy deprisa. Los rebotes a la contra pueden ser gigantescos, y más con el alto grado de sobreventa alcanzado. No me cabe duda que en el próximo rebote serio, la excusa será lo de menos, y será como poco del 20%. Podría incluso ser del 50%. Y aun siendo así, no estaríamos seguros de que se ha acabado todo. En el 29, única crisis comparable con esta, tras un rebote del 50% donde quedaron atrapados muchos, la bajada posterior fue más dura aún que la inicial. No queda otra que seguir analizando segundo a segundo el mercado, y ya veremos; desde luego ahora mismo la mejor opción sigue siendo estar fuera.

Sin duda si hay algún buen sitio para que se dé un rebote gigantesco es aquí, en esta zona de soportes clave. Pero si el soporte se pierde y se confirma tras algún tiempo, potencial tenemos, y muchísimo. Aunque los precios de los valores sean muy bajos podrían serlo más aún. El objetivo técnico de una figura técnica como esta sería una bajada muy severa. Muy difícil todo, muy difícil, así que mucha prudencia. Es un momento clave.

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