Flexibilidad antes de llegar a la regulación laboral
El despido masivo empieza a ser una herramienta habitual de las empresas para enfrentarse a la crisis. Pero los expertos recomiendan ver a los empleados como una inversión y no como un gasto.
El sistema más saludable y el que más respeta que siga habiendo puestos de trabajo en tiempos de crisis'. Así define Gerardo Díaz Ferrán, presidente de la CEOE, el expediente de regulación de empleo (ERE). 'La ley permite reducir plantillas y que un exceso de la misma no lleve al cierre definitivo y, por lo tanto, a que desaparezca la plantilla completa'. El ERE parece ser la única arma con la que las empresas españolas se enfrentan a la crisis, y poco a poco se ha convertido en un termómetro que mide la temperatura de la misma. Sin embargo, con los tiempos que corren y con la necesidad que tienen las empresas de retener el mejor talento, debido a la escasez que los expertos dicen tener, no parece la solución idónea. Salvador del Rey, socio director del área laboral del bufete Cuatrecasas y catedrático de Derecho del Trabajo de la Universidad Pompeu Fabra (UPF), explica su sorpresa ante la rapidez con la que los empresarios plantean un expediente. 'Antes del verano hablaba con ellos y me decían que no había problema, que la cosa no era tan grave. Esas mismas personas en la última semana de agosto, después de haber visto las previsiones de venta para el último trimestre, me estaban diciendo que necesitaban un ERE'.
Del Rey es uno de los participantes de la jornada La crisis en positivo: retos y oportunidades en el ámbito laboral, organizada por Esade en Barcelona. En ella, Manuel Luque, profesor de Derecho del Trabajo de la UPF y consejero de Cuatrecasas, se queja de que al abrir el periódico 'todo son ERE de extinción o ERE de suspensión', '¿por qué nadie se ha planteado antes de llegar a ese punto la modificación de las condiciones de trabajo?'. La reflexión de Luque sirve para centrar la atención en la flexibilidad. 'La idea es modificar los trabajos en lugar de perderlos', afirma. Aunque él mismo reconoce que intentar modificar condiciones de empleo, en estos tiempos, es difícil, 'porque el trabajador cree que lo que el empresario busca es rebajar sus condiciones de cara a un despido futuro'.
Así, Luque apuesta por un modelo dinámico de relaciones laborales, que se atreva incluso a cuestionar la estructura salarial: 'En momentos de crisis, ¿qué hacemos con los pluses de antigüedad? Hay que tener en cuenta que un trabajador similar vale mucho menos en el mercado'. También alude a las dobles escalas salariales temporales, a la desactivación de pactos salariales especiales y a la pérdida de beneficios sociales concretos (coche o seguros) como arma para luchar contra la crisis. La flexibilidad aparece, pues, como la herramienta estrella para paliar la sangría de empleos que padece la economía española. El paro afecta a 2,8 millones de personas, la cifra más alta desde abril de 1996. La tasa de desempleo es del 11,3%, y la CEOE ya ha alertado de que en 2010 puede llegar al 17%.
Para Salvador del Rey, en esta situación, que ya se puede calificar de crisis ('cuando el vecino pierde el empleo es recesión, si lo pierdo yo es crisis'), las empresas deberían intentar no perder determinados trabajadores, 'que por su perfil luego va a costar mucho recuperar'. En su opinión, en España las medidas de flexibilidad como la bolsa de horas 'no se usan demasiado'. Denuncia que nadie se atreva tampoco a lo que llama modificaciones funcionales, que permiten que un empleado pueda hacer un trabajo de superior o inferior categoría al que realiza habitualmente.
Otra medida a la que habría que recurrir antes de plantearse un expediente, es el desplazamiento geográfico. 'Una compañía puede no tener trabajo en una planta determinada, pero sí en otra. En estos casos habría que plantearse traslados temporales de un año y medio o dos, con viajes pagados a tu lugar de residencia. Se podrían evitar muchos despidos'. Del Rey explicó que son situaciones que no están reguladas, porque en la actualidad el límite de desplazamiento es de 12 meses. La flexibilidad debe aplicarse también a los ERE de suspensión de contratos, puesto que cada vez son más extensos. 'Estaban pensados para periodos de 7 o 15 días y ahora nos encontramos con que nos piden más de 100 días, 130 o 160'. De hecho, el expediente de suspensión de empleo presentado por Seat, y aprobado por la Generalitat esta semana, incluía a 750 empleados que dejarán de trabajar durante 212 días entre enero y julio de 2009.
A pesar de las alternativas que puso sobre la mesa, Del Rey se mostró comprensivo con empresarios y directivos. 'El otro día me contaba uno que producía 45.000 piezas y que vendía únicamente 20.000. En este caso es difícil no plantearse un expediente'. Ninguna de las medidas propuestas por los expertos en Derecho laboral es aceptable para Joan Coscubiela, secretario general de CC OO de Cataluña. 'La flexibilidad está muy bien para las grandes, como Seat, pero ¿qué hacemos con las pymes, con las que están en red y dependen de ella?'. A su juicio, se necesitan propuestas diferentes para salir de esta situación. 'Esta crisis no tiene nada que ver con las anteriores, no es de producto, ni de mercado, ni de condiciones de trabajo; ha explotado un modelo económico y social', explica. 'El Banco Central Europeo tenía, a fecha 22 de octubre, 240.000 millones de euros de entidades financieras que éstas no se atreven a prestar'.
Por su parte, Esther Sánchez, profesora de Derecho de Esade, introduce el concepto de flexiguridad, propio de algunos países del norte de Europa, como Dinamarca, y que proporciona mercados laborales con mucha movilidad y poca tasa de paro gracias a la combinación de facilidad de despido con una alta protección al desempleado. 'Hay que salvar la empleabilidad a lo largo de toda la vida y no el contrato'. Sánchez anima a las empresas a recolocar a los empleados en la propia compañía y a personalizar los planes sociales de los trabajadores, a la vez que precisa que, contrariamente a lo que se cree, el coste del despido en España no es significativamente superior a otros países de Europa, puesto que los salarios son más bajos.
En la misma línea de empleabilidad, Del Rey reclama una reconversión del trabajador en un plazo de entre dos y cinco meses, que le permita dedicarse a otro sector diferente al que estaba empleado hasta ese momento y que las organizaciones empresariales se impliquen en los planes de recolocación: '¿Quién va a saber mejor que ellos dónde se necesitan trabajadores?'.
Adminex, preparada para la crisis
'Siempre hablamos de empresas grandes que no representan la economía del país, ¿y las pymes?', se pregunta Begonya Pelegrín, directora de recursos humanos de Adminex, una firma de servicios de apoyo a la internacionalización de empresas que nació en el año 2000 en Barcelona, que emplea a 50 personas y que tiene oficinas en España, Alemania, Portugal, Polonia y Rumanía. Por el tipo de asesoría que prestan, son conscientes de que sus clientes van a disminuir considerablemente. 'Tenemos que fidelizarlos ofreciéndoles un plus; por ejemplo, ahora tienen el problema del cobro, y muchas buscan quien les asesore sobre cómo funciona en España'. Así, en la práctica reorganizarán los equipos de trabajo para adaptarlos a las necesidades del cliente.
Pelegrín explica que la media de antigüedad de sus trabajadores es de seis años y asegura que se adaptarán a los tiempos de crisis 'porque saben que la empresa respondió en el pasado y va a responder en el futuro'. La compañía, desde su nacimiento, ha adoptado 'medidas preventivas', gracias a las cuales, aseguran, no tendrán que despedir a personal. La primera fue la internacionalización de la firma, ya que vieron que España era un mercado muy dependiente de la construcción. La segunda fue la formación especializada de sus empleados: en idiomas, legislaciones concretas y con estancias en otras oficinas del grupo. La tercera medida es la mejora de la productividad gracias a la inversión en tecnología. 'Así podemos automatizar servicios a nuestros clientes, para que nuestros empleados se puedan dedicar a la asesoría y sean más productivos'.
Dos casos
Sector del automóvilEl mayor expediente de regulación de empleo de los presentados por las empresas en España en los últimos meses es el de Nissan, que afecta a 1.680 trabajadores. De ellos, 1.288 se quedarán sin empleo antes de que acabe el año, si la Generalitat aprueba finalmente el expediente, mientras que los restantes 392 ingresarán en la filas del paro a mediados de 2009. También lo ha presentado Seat. En este caso, se trata de una suspensión temporal de contrato. Los 1.696 empleados afectados dejarán de trabajar temporalmente entre este mes y julio de 2009.